Ni el Óscar se salvó de la pandemia y tuvo que evolucionar de formas inesperadas. No solo retrasó su fecha de entrega, sino que su gala tendrá cambios que buscan refrescar la imagen y la dinámica de show.
En la edición 93 de los premios Óscar, que se realizará el 25 de abril, la Academia apostará por una gala presencial con retransmisiones en vivo desde diferentes lugares de Estados Unidos y, por qué no, desde fuera de sus fronteras.
“En este año único que ha pedido tanto de tantos, la Academia de Hollywood está determinada a presentar unos Óscar como ningunos, a la vez de priorizar la salud pública y la seguridad de todos los que participen”, comunicaron los organizadores.
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El Dolby Theatre, donde habitualmente se hace el show, seguirá siendo la sede central del espectáculo, pero desde allí los pases en vivo podrán volar lejos, muy lejos.
“Para crear el show presencial que nuestra audiencia global quiere ver, adaptando a la vez los requisitos por la pandemia, la ceremonia se retransmitirá en directo desde múltiples lugares, incluido el emblemático Dolby Theatre. Estamos deseando compartir más detalles pronto”, añadió el comunicado oficial.
Un año inédito
Como el resto de Hollywood, la Academia también ha tenido que lidiar con el coronavirus y a mediados del año pasado decidió que los Óscar de 2021 se retrasaran dos meses, para intentar esquivar la pandemia en la medida de lo posible.
Luego, a lo interno de la organización, se discutió si gala debería ser virtual o presencial, llegando a la conclusión de que la segunda opción era la más apropiada para el tradicional espectáculo.
Según Variety, en esa línea la Academia trabaja “con la idea de que la ceremonia se celebre de la manera más parecida posible al formato tradicional, con invitados en las butacas, por lo que estarían estudiando reducir el aforo.
Sin embargo, la idea de que el show tenga pases en vivo a “otros lugares”, da la idea de que la gala combinará presencialidad y virtualidad, buscando que el Dolby Theatre no se llene por completo pero que al mismo tiempo nadie quede excluido.
Lo confirmado del ‘show’
Lo que es un hecho de la gala del Óscar es que Steven Soderbergh producirá el espectáculo, en compañía de Stacey Sher y Jesse Collins.
“Los próximos Óscar son la ocasión perfecta para la innovación y para reimaginar las posibilidades de los premios”, dijo en diciembre David Rubin, presidente de la Academia de Hollywood.
“Estamos entusiasmados y aterrorizados por igual”, ironizaron Soderbergh, Sher y Collins, quienes debutarán como productores de los Óscar.
“Debido a la extraordinaria situación en la que nos encontramos todos, hay una oportunidad de enfocarnos de una manera nueva en las películas y en la gente que las hace, y esperamos crear un show que realmente se sienta como las películas que todos amamos”, afirmaron.
Collins ha producido galas como los Grammy, mientras que Sher optó al Óscar a la mejor película por las cintas Erin Brockovich (2000) y Django Unchained (2012).
Por su parte, Soderbergh es uno de los cineastas más respetados y prolíficos del panorama contemporáneo. Él se llevó el Óscar a la mejor dirección por Traffic (2000), y su muy variada filmografía incluye títulos como Sex, Lies and Videotape (1989), la trilogía de Ocean’s Eleven (2001, 2004, 2007), o el díptico sobre el Che Guevara Che: Part One y Che: Part Two (ambas de 2008).