Si para inspirarse un poeta requiere experimentar el horror que se asoma en ¡Madre! (2017) –el nuevo filme de Darren Aronofsky–, es mejor que nunca hubiera escrito un verso.
¡Madre! –thriller psicológico con tintes de terror–, es un largometraje que promete mantenerle atado a la butaca, sobre todo por el sobresalto constante que inyectan sus particulares secuencias.
Protagonizada por un elenco de lujo: Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Michelle Pfeiffer y Ed Harris, ¡Madre! es una película que gira en torno a una particular pareja.
El referente masculino de la relación, encarnado por Bardem, es un poeta venido a menos, mientras que su mujer, estelarizada por Lawrence, una joven dedicada que ha decido remodelar la casa de campo en donde viven.
¡Ella quiere convertir su casa en un paraíso!
Todo parece relativamente normal, pero su relación se tensará al extremo cuando reciben la inesperada visita de un hombre extraño y su misteriosa esposa, encarnados por Ed Harris y Michelle Pfeiffer.
Pero ¿porqué llegaron ahí esas personas?. Ese es un misterio para descubrir exclusivamente desde la butaca, con palomitas y refresco.
Lo que sí es un hecho, es que desde el momento en que los advenedizos esposos ponen un pie en su casa, la tranquila existencia de la pareja protagonista se tornará en un horroroso infierno.
¡Allí, simplemente, ya no se puede vivir!
El desastre ocasionado será de proporciones mayores, aunque el sitio sensacine.com reseña "que también logrará que el poeta recupere su inspiración y empiece a escribir la obra que le traerá la ansiada fama.
"Pero, ¿a qué precio?", se pregunta el sitio.
Alegorías. En el Festival de Cine de Venecia, certamen en que se estrenó ¡Madre! internacionalmente, Aronofsky sorprendió diciendo que la película tenía varias alegorías importantes.
Una de ellas es la que representa el personaje de Lawrence, que según el cineasta representa el maltrato contra la naturaleza.
Al respecto, Lawrence comentó en Venecia: "cuando estás haciendo una película de una alegoría, ¿las metáforas afectan la forma en que actúas?, pues no".
"La verdad es que en esa línea encuentras a tu personaje y encuentras la verdad de tu personaje. Nunca hubiera sido correcto que mi personaje usara zapatos, la naturaleza es su creación", agregó.
El diario ABC, de España, publicó que Aronofsky escribió el guion de ¡Madre! en tan solo cinco días. Logró tal hazaña atacado por "la rabia" que le causa la situación que vive el planeta.
"Vivimos en tiempos de locura. La población mundial está a punto de alcanzar los 8.000 millones, mientras los ecosistemas colapsan y la inmigración mete en crisis a los gobiernos. Estados Unidos ayuda a negociar un acuerdo histórico sobre el clima y meses más tarde lo abandona", dijo Aronofsky a la ABC.
El diario español añade que la terrorífica secuencia, en que los seguidores del poeta (Bardem) invaden la casa, es una metáfora de la inmigración. La mujer (Lawrence), aterrada por la destrucción de los invasores lo dice todo.
"La película es terror y delirio", asegura ABC, aunque añada que es confusa.
Por esa razón, estos elementos salidos de la mente del director solo podrán ser descifrados viendo el metraje. Un reto importante para el espectador.
La crítica. Al igual que sucedió en Venecia, los expertos tienen criterios muy divididos con respecto a esta película.
Para el diario La Razón, de España, ¡Madre! "es un soplo de aire fresco entre tanta corrección política".
"¿Acaso no hay que aplaudir a una película que no tiene sentido del ridículo y que se lanza sin paracaídas a abofetear al público?. Pues ¡Madre! resulta de lo más sorprendente", publicó el diario ibérico.
Pero otros medios, tras ver el filme, no salieron muy satisfechos.
Variety señaló que ¡Madre! "es deslumbrante en la superficie" pero de inmediato se pregunta lo siguiente: "¿qué hay debajo? Quizá nada". Un golpe duro a un Aronofsky que, precisamente, pretendió llenar de simbolismos a la película.
Para El País, la película mantiene al espectador "intrigado", pero toda la magia se desvanece cuando "la anarquía se apodera de la pantalla".
"Se plantean varias reflexiones; sin embargo, al final no queda casi nada. Bueno, sí: los actores", añadió El País.