Cannes. AFP Una película argentina entró en la carrera por la Palma de Oro ayer, sábado, en el Festival de Cannes. Relatos salvajes cuenta la irrupción del lado salvaje del ser humano en la vida cotidiana, y está contada con humor negro, en seis episodios, por el director Damián Szifrón, y protagonizada en uno de ellos por Ricardo Darín.
El filme es el tercer largometraje del realizador de otros filmes como El fondo del mar y Tiempo de valientes , y tuvo su gala de estreno el sábado, en el Gran Teatro Lumière. El filme abre el juego con una delirante situación a bordo de un avión, en el que por alguna inquietante razón todos se conocen.
Desde un sangriento encuentro en una carretera solitaria hasta una loca boda en Buenos Aires, pasando por un ingeniero –Ricardo Darín– que pierde la compostura ante la implacable burocracia porteña, los desenlaces imprevisibles hicieron reír a carcajadas a la prensa internacional acreditada en el Festival, en su presentación del viernes pasado, donde la mayoría de filmes en competencia tienen temáticas sombrías.
Trajicómico. El filme combina lo trágico y lo cómico en un coctel de deliciosa incorrección política, en la que los personajes son llevados más allá de los límites dentro de los cuales usualmente los mantiene la vida en sociedad.
“Hay una enorme cantidad de gente, los pobres, que están criados y conservados para producir (...) y otra gran proporción de gente que está criada para consumir, que son igualmente víctimas de este sistema (...) y que vive tensa y estresada”, explicó el director al hablar del trasfondo de su obra.
Según Szifrón, la película no pretende pintar una realidad particular de la sociedad argentina sino que tiene alcance universal. “Yo no limitaría lo que la película refleja a la Argentina”. A juzgar por los aplausos cosechados en Cannes, el filme da en el blanco.
El realizador también destacó el efecto de catarsis que pretende generar la película en el público. “No es que crea que el mundo está a punto de reventar, ni nada por el estilo”, aseguró Szifrón.
El realizador de 38 años –que alterna sus actividades de dirección con la escritura de guiones y novelas– dijo que, por el contrario, tiene mucha fe en el ser humano.
La película es la abanderada del cine argentino en el festival, aunque hay otros , al que entró por la puerta grande del exclusivo club de 18 filmes que compiten por la Palma de Oro, junto a los pesos pesados del cine mundial, de David Cronenberg a Mike Leigh, pasando por Ken Loach o Jean-Luc Godard.