‘El Mago de Oz’: 80 años de la travesía de Dorothy

El clásico de Hollywood se estrenó en 1939 y desde entonces ha cautivado a decenas de generaciones con su encantadora historia

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Dorothy es una niña que intenta huir de su casa para proteger a su mascota, el perro Toto; sin embargo, cuando está a punto de marcharse, un tornado azota Kansas (donde vive). Tras el fenómeno natural, la niña sale de la vivienda pero para su sorpresa, se encuentra en un colorido, enigmático y alucinante lugar que nunca antes había visto: la Tierra de Oz.

La joven, asustada, comienza una travesía para encontrar la Ciudad Esmeralda, donde habita un mago, el único que la puede enviar de regreso a casa. En el camino encuentra un hombre de hojalata, un espantapájaros y un león, quienes se convierten en sus amigos y con los que vive una serie de aventuras en el mágico viaje, pues también tienen peticiones especiales para el mago.

¿Le parece familiar la historia? posiblemente la respuesta sea sí, ya que esta es la trama de la película original de 1939, El Mago de Oz, filme que ha cautivado a decenas de generaciones con su enternecedora historia.

La cinta, que ha trascendido por décadas, es considerada -hasta la fecha- uno de los mayores clásicos del cine y este mes de agosto cumple 80 años de llevar entrelazada en su historia una serie de moralejas para el público de todas las edades.

"Es una película vintage que vive plenamente su condición de clásico y debería funcionar con gran éxito entre el público contemporáneo de todas las edades”, afirmó Todd McCarthy en una crítica publicada en la revista Variety.

La adaptación cinematográfica producida por Mervyn LeRoy y Metro-Goldwin-Mayer (MGM) está inspirada en el libro de Lyman Frank Baum El maravilloso Mago de OZ que se estrenó en 1900, en Estados Unidos.

El filme, que es considerado un musical de fantasía, es protagonizado por Judy Garland (Dorothy); Bert Lahr (el león); Jack Haley (el hombre hojalata) y Ray Bolger (el espantapájaros). Además, cuenta con la actuación de Frank Morgan, Billie Burke, Clara Blandick, Margaret Hamilton y Charley Grapewin.

El Mago de Oz sigue siendo la más extraña, más aterradora, más excéntrica, más inquietante y más inolvidable película para niños, que es en realidad una película para adultos, algo que jamás se haya hecho en Hollywood”, señaló Owen Gleiberman, en una crítica reproducida por Entertainment Weekly.

Polémica.

Sobre El Mago de Oz se han dicho muchas cosas, existen teorías de diferente tipo, una de ellas estuvo por años en la palestra y estaba relacionada con la muerte de una persona durante el rodaje del filme, sin embargo, el rumor fue finalmente descartado.

Además, se dice que a Garland, quien en ese entonces tenía 15 años, le recetaron medicamentos para ayudarla a trabajar durante más horas. No obstante, en entrevista con Fox News los historiadores Jay Scarfone y William Stillman desacreditaron la información, aunque sí creen que la joven recibió barbitúricos para adelgazar.

"Se cree que le recetaron Dexedrina, en particular (…). Nos lo dijo una mujer que era extra en Ciudad Esmeralda. Era prima del productor de la película. Ella dijo: ‘Bueno, era una forma de darle energía extra para ayudarla a perder peso’”, detallaron los escritores del libro The Road of Oz.

De hecho, pese a que Judy Garland fue la elección final para el papel de Dorothy Gale, el voto popular de los fanáticos lo tenía la estrella infantil de aquel entonces, Shirley Temple, quien, además, era más joven que la protagonista, pues en ese entonces tenía tan solo 11 años.

Otro de los retos que enfrentó el largometraje y de los más polémicos fue conseguir el director. En total, a lo largo de la filmación hubo cinco directores: Norman Taurog, Richard Thorpe, George Cukor, King Vidor y Victor Fleming (a quien se le dio, finalmente, el crédito por el largometraje).

Como si fuera poco, ese constante cambio de director a lo largo del rodaje, le trajo consecuencias a nivel económico al filme, ya que en los cines el largometraje no recibió a la cantidad de público que MGM esperaba. De hecho sus discreta recaudación en taquilla fue de $25,7 millones (que adaptado al al 2019 sería de aproximadamente $473 millones).

La película se realizó con un presupuesto de $2.8 millones (es decir, $51,5 millones adaptado al 2019).

A pesar de sus resultados en la gran pantalla, la cinta fue alabada desde un inicio por los críticos de cine de la época. Prueba de ello, es que en 1939 el largometraje estuvo nominada a seis premios Óscar, incluida la categoría a Mejor película. De ese total, se llevó dos estatuillas por Mejor banda sonora y Mejor canción original.

Ese mismo año estuvo nominada a la Palma de Oro por Mejor película, en el Festival de Cannes.

Además, un estudio de la Universidad de Turín cataloga a El Mago de Oz como la película más influyente de la historia. Para llegar a ello se utilizó un complejo algoritmo y se analizaron más de 47 mil películas de la IMDB producidas en Norteamérica y Europa.

Inolvidables.

Pero si hubo algo que caló entre el público con esta película fueron sus personajes tan diferentes como llamativos. Cada uno tenía un objetivo en particular y que terminaron por ganarse un espacio entre los seguidores del largometraje.

Por ejemplo, el espantapájaros acompañó a Dorita hasta Ciudad Esmeralda para que el mago le diera un cerebro, mientras que el león cobarde buscaba ser valiente; y finalmente el hombre de hojalata soñaba con tener un corazón.

A su llegada donde el mago, los cuatro piden sus deseos y sin enterarse, este les hace entender que lo que siempre buscaron estaba dentro de ellos. Es decir, el espantapájaros siempre fue inteligente; el hombre de hojalata siempre tuvo un buen corazón y el león cobarde siempre tuvo el coraje que anhelaba. Por su parte, los brillantes zapatos rojos de Dorothy siempre fueron la llave para regresar casa.

“El hombre de hojalata, el espantapájaros y el león cobarde eran proyecciones de los temores secretos de cada niño. ¿Somos reales? ¿Somos feos y tontos? ¿Somos lo suficientemente valientes? Al ayudarlos, Dorothy se estaba ayudando a sí misma, así como un niño mayor superará los miedos actuando con valentía antes que uno más joven”, explicó Roger Ebert en el Chicago Sun-Times.

Además, los Munchkins, la Malvada Bruja del Oeste y la Bruja Buena del Norte forman parte de los personajes que aparecen durante la travesía de la joven por el camino de ladrillos amarillos.

Pero esta película no solo llegó a Hollywood para romper esquemas con sus inolvidables personajes, sino que también permitió innovar en la gran pantalla al utilizar dos técnicas en un solo largometraje, cuando las cintas a color apenas y estaban dando sus primeros pasos.

En El Mago de Oz las primeras y últimas escenas están hechas bajo un color sepia; no obstante, cuando Dorita descubre la Tierra de Oz, entra a un mundo lleno de color que se refleja en la pantalla.

“Su maravilloso jugueteo se ve mágico en la pantalla grande: los colores son un picnic para los ojos, los detalles se acercan tan claramente que parece que se puedan tocar y hay un sentido de la eternidad en esta película que siempre estará vivo”, afirmó Peter Stack en el San Francisco Chronicle.

Y aunque ya han pasado 80 años desde que la adaptación cinematográfica del cuento de 1900 llegó a la gran pantalla, parece que El Mago de Oz no está destinado a morir. Desde ese año y hasta la fecha se han realizado múltiples obras de teatro, musicales, series de televisión, libros y adaptaciones de todo tipo en diferentes partes del mundo.

Crisis económica.

El estreno del libro original, en 1900, se dio en un momento crucial en Estados Unidos, ya que para ese entonces el país norteamericano estaba sumido en una crisis económica.

Por lo tanto, para algunos expertos más que como un cuento infantil, El maravilloso Mago de Oz surgió como una parábola económica donde Dorothy representa el espíritu del estadounidense común; el espantapájaros, al agricultor; el hombre de hojalata, al obrero industrial; el león cobarde, a un candidato presidencial de la época; y el mago, a los presidentes de Estados Unidos de finales del siglo XIX.

“Sus referencias económicas y políticas hacen que sea un instrumento popular para enseñarles a estudiantes de secundaria y universitarios sobre la depresión económica de finales del siglo XIX”, relató la BBC.

Y aunque es una teoría más que gira en torno a la emblemática obra, lo cierto es que su esencia pura y encantadora se mantiene en el recuerdo de las diferentes generaciones quienes se llevaron consigo el mensaje principal de la trama “no hay otro lugar como el hogar”.