Colaboradora para LN
Respirar entrecortadamente en la oscuridad de una sala de cine, sentir la necesidad de bajar la mirada, de cerrar los ojos y, al mismo tiempo, no poder dejar de ver hacia la pantalla. El cine de terror es un género que permea en las emociones y ha fijado imágenes icónicas en la memoria.
Algunos de esos filmes han cautivado al público y los han atraído masivamente a los cines, en busca de una dosis de inquietud y angustia ¿Cuál es el atractivo que se esconde tras el misterio y esas sorpresas que hielan la sangre?
El cine de terror se remonta a pocos años después del nacimiento de la cinematografía misma. Fueron los creadores del expresionismo alemán los primeros en llevar monstruos y vampiros al cine.
“El arte expresionista tuvo como uno de sus elementos principales el extrañamiento y la angustia. Una sensación de encontrarse en un mundo extraño que produce (humana) angustia”, afirma la guionista e investigadora de la Universidad de Costa Rica Amanda Alfaro Córdoba, sobre esas películas mudas, donde el terror se transmitía mediante el excéntrico y el deforme: el monstruo.
Algunos ejemplos clásicos son el El Golem (1920), de Paul Wegener, y El gabinete del doctor Caligari de Robert Wiene, también de 1920.
El cine de monstruos dominó en las décadas siguientes e incluyó nuevos personajes y miedos, como Drácula y Frankenstein. Además, aparecieron clásicos del suspenso de la mano de Alfred Hitchcock, entre ellos Psicosis (1960) y Los pájaros (1962).
La Guerra Fría presentó una amenaza más intangible que no se centró en un solo individuo, sino en el temor a una catástrofe nuclear. Godzilla (1954), del japonés Ishiro Honda y La invasión de los ultracuerpos (1978), de Philip Kaufman, proponen un mal que arriesga la vida, no de uno, sino de miles de personas.
Por otro lado, el terror se encontró también en medio de lo cotidiano y lo familiar. Del monstruo ficticio de las primeras producciones, se dio el paso a la niña poseída por el demonio en Exorcista (1973) y los espíritus que han tomado un casa Poltergeist (1982). El cine se convirtió en una excusa para indagar en la naturaleza humana y el mal, como en La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, y en El resplandor (1980), de Stanley Kubrick.
Las películas de terror continúan mostrando sus inquietudes de maneras cada vez más realistas y más crudas. Según explica el guionista y profesor de Historia de Cine y Narrativa Audiovisual José Ulloa, el cine recurre al falso documental o a los supuestos hechos reales para tener al público al borde la silla. Un ejemplo es la película Actividad paranormal del 2008.
Angustiante alivio. De primera entrada puede parecer extraña la fascinación que ejerce miedo. Sin embargo, existe una razón psicológica para que el cine de terror enganche a los espectadores.
Según el psicólogo y experto en neuromárquetin Sergio Bravo, en algunas ocasiones el goce psíquico se presenta por medio de lo que la teoría psicoanalítica llama la “pulsión de la muerte”. “El cerebro del sujeto acepta de buen grado un cierto ‘daño reversible’”, señala.
A este daño se une lo que Bravo llama el “síndrome de ver a través del muro”, en el cual la pantalla crea una distinción entre la ficción del cine y la realidad.
“Cada vez que un actor alza un cuchillo para matar a otro personaje, cada vez que se entreabra una puerta a sabiendas de que del otro lado está el monstruo aterrador, se activa en el cerebro un proceso de angustia, de ‘momento previo’, tan estresante como atractivo; es imposible no disfrutarlo”. Empero, ese estrés debe ser seguido de una resolución que permita pasar del terror al alivio: “Cuando somos espectadores de una película de terror, nos resulta mucho más atractivo y placentero cuando cada escena de terror se cierra; es decir, el malo debe tener su castigo y el bueno su recompensa”, añade Bravo.
El terror está inserto en la cultura porque es parte del miedo a la muerte. Por ello, es un recurso que da lugar a películas que convocan a millones en las salas de cine y se convierten en clásicos.
¿Cuáles son esas películas que han causado miedo en millones de espectadores? Viva realizó un recuento de las películas de terror de mayor recaudación a lo largo de la historia pero ajustadas a la inflación actual; es decir, de la manera en la cual llenarían las salas si se estrenasen en la actualidad.
Para determinar la taquilla, se realizó un cálculo a partir de la cantidad de asistentes al cine en el estreno de cada filme, según la página de Internet Box Office Mojo, y el costo de la entrada en ese año. El resultado son cinco producciones variadas que redefinieron los parámetros del terror de su época.