Los Ángeles. EFE . Michael Peña lleva años demostrando que se mueve como pez en el agua en Hollywood, ya sea en grandes producciones, como la recién estrenada Ant-Man , o en cintas independientes como The Vatican Tapes , donde se atreve con el terror por primera vez.
Peña se suma en Ant-Man a la lista de latinos con papeles relevantes en el universo cinematográfico de Marvel, donde ya figuran Zoe Saldaña y Benicio del Toro gracias a Guardians of the Galaxy . Y no satisfecho con eso, aguarda el estreno en octubre de The Martian , nueva aventura espacial de Ridley Scott.
El actor estadounidense de origen mexicano, conocido por sus trabajos End of Watch , America Hustle o Fury , vive uno de sus mejores momentos profesionales, pero no tiene una respuesta para determinar qué es exactamente lo que ofrece a una industria que ha apostado claramente por él.
“Hay que trabajar duro y tener algo de suerte”, manifestó Peña en entrevista con Efe.
“ Hay quien trabaja y estudia más que yo y no consigue esos papeles. ¿Qué es lo que hago diferente? No lo sé. Es cuestión de aprovechar tu momento. Todo empezó con Crash (2004). Aquello me impulsó a lograr todo lo demás. Hace 20 años, me esforzaba igual, pero no me conocían”, explicó Peña.
Polifacético. La variedad de géneros que interpreta lo han confirmado como uno de los actores más versátiles.
“Cuando ruedo una película grande como Ant-Man , siento la necesidad de volver a lo pequeño. Y cuando hago una comedia, el cuerpo me pide acción. Un trabajo es un trabajo” , comentó.
Por eso no ha dudado en embarcarse en The Vatican Tapes , su primera incursión en el terror, un género con el que disfruta especialmente como espectador.
“Mi interés siempre empieza por el guion, y en este caso me gustaba la historia y el personaje, un sacerdote sin experiencia en materia de exorcismos que ayuda al Vaticano a cumplir su misión. Me encantan aquellas películas en las que ocurren cosas que piensas que podrían pasar ” , declaró Peña.
La cinta, dirigida por Mark Neveldine, propone la batalla final entre el bien y el mal y arranca cuando una joven de 27 años comienza a experimentar fenómenos extraños y provoca serias lesiones e incluso la muerte a quienes la rodean.
Tras ser examinada y comprobar que puede tratarse de un caso de posesión, el Vaticano aparece en escena para llevar a cabo un exorcismo, pero los sacerdotes implicados descubrirán que la fuerza satánica que encierra el cuerpo de la joven es mucho más poderosa de lo que imaginaban.
“ Terminé de leer el guion y me dio mucho miedo. Además, justo oí al papa Francisco diciendo que el mal vivía entre nosotros. En ese momento, supe que tenía que hacer esta película” , confesó el intérprete, consciente de que el género es uno de los favoritos del público latino, tradicionalmente muy ligado a temas religiosos.