El realizador Rob Marshall explotó de manera exitosa en el 2002, precisamente con un musical aún muy mentado: Chicago , con dos mujeres en la cárcel, según el argumento. Ahora regresa con otro musical, especie de alocada mixtura de cuentos de los hermanos Grimm.
Esta nueva película del señor Marshall (también coreógrafo y director de teatro) viene con el título de En el bosque (2014). Es la versión cinematográfica de un musical exitoso en Broadway, cuya música me parece del todo insípida por culpa de sus escasos registros melodiosos.
La acción se ubica en un bosque mágico, como la jornada de la obra de Shakespeare, Sueño de una noche de verano , durante la boda de Teseo e Hipólita. Por supuesto, el texto de En el bosque , con guion de James Lapine, no tiene, ni por asomo, el calibre del de Shakespeare.
Aquí se trata de una bruja fiel a sus sortilegios: ella desea recuperar su belleza original, para lo cual necesita el rojo abrigo de Caperucita, el zapato dorado de la Cenicienta, un ramillete del cabello de Rapunzel y una vaca blanca como la leche.
Para tener esos ingredientes, la bruja obliga a un panadero y a su bella esposa para que los busquen. A cambio, podrán tener un hijo. Es cuando aparece Jack, quien hace loco con sus frijoles mágicos y con sus idas y venidas a lo alto del cielo, donde habitan gigantes.
También aparece un par de príncipes vanidosos. El más joven desea liberar a Rapunzel, encerrada por la bruja. El otro quiere enamorar a Cenicienta; sin embargo, seduce a la esposa del panadero.
Hay un lobo que canta muy feo y, aún así, se come a la abuela de Caperucita, mientras esta se come las rosquillas del panadero. En fin, de no acabar. La trama de la película se enreda de manera antojadiza, sin lógica alguna, ni con sus causas ni con sus efectos. Es fábula minusválida por su ausencia de moraleja.
¿Culpa de quién? Si la obra en Broadway pretende ser una loca recreación de los cuentos supuestamente infantiles para, así, burlarse de ellos con puya o ironía, aquí, en cine, el asunto no pasa de ser una versión higienizada, lavada con agua bendita y echada a perder en un dos por tres.
¿Culpa de quién? Pues de los estudios Disney, responsables una y otra vez de andar poniendo azúcar donde hay sal y de convertir el humor negro en gozo edulcorado, o sea, empalagoso. Estoy a punto de aceptar que la congregación Disney, con las excepciones del caso, es nefasta para el desarrollo del cine actual.
De este filme podemos salvar la dirección artística, porque funciona bien el mundo visual (escénico). Dicha dirección de arte se apoya en buena fotografía y en buen trucaje.
También es excelente la participación de Meryl Streep como la bruja y es gustosa la actuación de Emily Blunt, como la esposa del panadero. Johnny Depp hace el ridículo como el lobo. El resto es para echarlo en el saco de Uvieta.
Extraño: presentan la película como cine familiar, pero no es lógico que el filme esté doblado al castellano, ¡excepto en sus cantables! (estos aparecen con subtítulos). Lo digo en defensa del espectador infantil, sin edad escolar.
No puedo recomendarles este filme acartonado. En el bosque es revoltijo de temas y sucesos (aventura sin norte), donde no hay cohesión dramática al estructurar su mundo imaginario. Tiene partes aceptables, cierto, pero las partes no valen por el todo: es cine mediocre, ni para güilas ni para adultos.
EN EL BOSQUE
Título original: Into the Woods
Estados Unidos, 2014
Género: Musical
Dirección: Rob Marshall
Elenco: Meryl Streep, Emily Blunt, James Corden, Johnny Depp
Duración: 125 minutos
Cines: CCM Cinemas, Cinépolis, Citi Cinemas, Cinemark, Nova Cinemas
Calificación: DOS ESTRELLAS ( * * ) de cinco posibles.