Crítica de cine: ‘El insulto’, mucho cuidado al hablar

‘El insulto’ disputó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa, que ganó ‘Una mujer fantástica’.

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El director Ziad Doueiri nació en Líbano, en 1963, estudió cine en Estados Unidos y llegó a ser ayudante de cámara del realizador Quentin Tarantino. De manera bastante exclusiva, ahora está en Costa Rica su cuarta película: El insulto (2017).

Dicho filme parte de un acontecimiento sencillo, de lo que es apenas un incidente entre un maestro de obras encargado de la reparación de un edificio en Líbano y uno de sus inquilinos, hombre de mediana edad, con su esposa embarazada.

El asunto es que, en esa región tan llena de conflictos, el capataz es palestino refugiado y el inquilino es cristiano libanés. Lo que podría ser una discusión de pocos minutos, entre ellos, desarrolla una mecánica tal que se convierte en asunto de interés para palestinos y cristianos en general.

El propio Doueiri señala que su película es reflejo de lo que acontece en su país, cuando todos son de Oriente Medio; dice: “Es una nación siempre a punto de estallar, un polvorín para el que se buscan muchas excusas”, y Doueiri agrega: “En Oriente Medio somos expertos en empezar guerras por chorradas.”

En lo personal, no creo que los conflictos en Oriente Medio sean por tonteras. Se mueven intereses económicos o corporativos muy poderosos. Sin embargo, para el análisis del filme, lo que interesa es el trabajo de su director, también guionista junto con Joëlle Touma, y lo cierto es que Doueri hilvana muy bien su relato: sin maniqueísmos determinantes.

En El insulto hay algunas pocas secuencias en las que se sesga algún matiz ideológico de su director. Se nota. Sin embargo, no le hace mella a la limpieza narrativa de la película, bien llevada desde el conflicto de sus personajes principales y desde el diseño de ellos mismos.

El relato se distingue por su constancia, sin altibajos, sin caídas de ritmo, sin manipulaciones, aunque con acertados golpes de tipo melodramático que empujan lo narrado. Sin duda, el aporte de buenas actuaciones le es vital al filme, donde destacan Adel Karam, como el inquilino cristiano y falangista, y Kamel El Basha como el capataz palestino.

La música enfatiza bien las secuencias, mientras la fotografía hace lo suyo con criterio, en un filme donde dominan los primeros planos, sobre todo los de los rostros de sus personajes, máxime en el último tercio donde El insulto pasa a ser drama judicial.

Al final, sentimos el valor universal de la moraleja de la película: la necesidad de entendernos los humanos más allá de las divisiones, las que muchas veces se agudizan con el poco cuido al hablar, al soltar un insulto al otro.

Queda mi recomendación para este filme en un momento en que, de verdad, la cartelera del cine en el país vive su mal momento de vacas flacas.

Ficha técnica

Título original: L’insulte.

País: Líbano, 2017.

Género: Drama.

Dirección: Ziad Doueiri.

Elenco: Adel Karam, Kamel El Basha.

Duración: 110 minutos.

Cine: Magaly, Nova.

Calificación: Cinco estrellas de cinco posibles.