Crítica de cine de Jurassic World: El reino caído

He aquí una película que, entre más tecnología le meten, más lo cansa a uno como espectador: agobia

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Aquí está la quinta franquicia del mundo jurásico que tanto provecho le ha traído a Steven Spielberg, en cine, como al propio creador del mundo novelado, el escritor Michael Crichton.

El título ahora es el de Jurassic World: El reino caído (2018) y Spielberg le encomendó la dirección al catalán Juan Antonio Bayona, con títulos valiosos en su cartera.

Jurassic World: El reino caído es filme débil pese a ser película fuerte en bullicio tonto y con un más fuerte revoltijo de imágenes incoherentes. De una vez les digo: la peor idea es verla en tercera dimensión (3D).

El asunto con el argumento es que hay un volcán por explotar y amenaza a los dinosaurios sobrevivientes en Isla Nublar, después del conocido parque temático que ahí estaba.

Lo cierto es que regresan Owen y Claire con una unidad de rescate para salvar a los dinosaurios. Esto hará que Owen se encuentre con Blue, su dinosaurio amigo.

El filme le entra rápido al menú: no se entretiene y pronto estamos inmersos en los sucesos con un volcán reventado. Esto se le agradece a la película.

Lo que no le podemos agradecer son las pésimas actuaciones: nada es creíble con sus personajes por culpa de la inexistente dirección de actores. Muy mal Chris Pratt, como Owen, y Bryce Dallas-Howard, como Claire, quien se atiene a su notable belleza, como si estuviera en una pasarela con animales prehistóricos.

Lo otro es la suma de incoherencias de un argumento más atropellado que una estampida jurásica, en medio de la cual nada le pasa a los personajes, vaya usted a saber por qué: hay más raspones en los toros de Zapote que en este enfrentamiento con dinosaurios.

Lo otro es que por ahí aparecen unos tipos muy malos, quienes buscan salvar a los vetustos animales solo para hacer negocios propios o convertirlos en armas de guerra, no sé para qué cuando existen armas nucleares. El asunto es que entre más aderezos le ponen a la ensalada, más sosa resulta. Es como el cuento aquel de vestir elegante a una mona, aunque se le vea el rabo.

Entre animales prehistóricos, lava infernal y conspiraciones político-económicas, el filme pierde rápido su tino y su ritmo y uno se queda como pareja de bailarines cuando apagan la música. Por cierto, este filme peca de sumar su música como parte de su estridencia general.

Hay momentos de emoción con logrados efectos visuales, por supuesto. Sería el colmo que no fuese así; sin embargo, no son secuencias suficientes para darle calidad general a esta película. Lo real es que Jurassic World: El reino caído siempre está en alitas de cucaracha, sin satisfacer como debiera.

No pasa de ser una película con la mirada puesta en la boletería, eso que algunos llaman blockbuster, un taquillazo, pues. No sé si lo ha logrado. Si es así, no lo será por su supuesta calidad.

Hay quienes han tratado de salvar al director J.A. Bayona del mal resultado (en general) de este filme, por lo que acudo a la sabiduría popular para responder: “tanto peca el que mata la vaca como el que le sostiene la pata”.

Jurassic World: El reino caído

Título original: Jurassic World: Fallen Kingdom

Estados Unidos: 2018

Género: Fantástico

Dirección: J.A. Bayona

Elenco: Bryce Dallas-Howard, Chris Pratt

Duración: 128 minutos

Plataforma: CCM, Cinemark, Cinépolis, Nova, Citi, Studio

Calificación: * *