:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/TG7ZRDYPKZHHXPODSJTYJEYXHI.png)
Erina Libertad y Hernán Jiménez juntos en nueva película costarricense. Fotografía: Lalala Producciones
A la salida del cine, luego de ver el filme costarricense Aquí y ahora (2019), dirigido por Paz León, noté la satisfacción de muchos espectadores, quienes repetían un concepto para definir la película: ¡bella!
Aunque resulte paradójico (y discutible), el concepto de belleza no supone el criterio de calidad de un filme. El sentir una película como “bella” es una particularidad del “juicio del gusto”. Este es un juicio tal vez estético, pero es subjetivo y desinteresado (como lo plantea Emanuel Kant en su obra Crítica del juicio).
La valoración de una película como buena o mala, supone una reflexión más objetiva, porque se juzga el lenguaje cinematográfico y la estructuración narrativa (o no narrativa) del filme. Este es un tema para otro artículo y otra polémica, pero bien podemos seguir el pensamiento del griego Plotino, el de que lo bueno no necesita de lo bello.
LEA MÁS: ‘Aquí y ahora’, un filme tico de amores y despedidas
Lo cierto es que como reacción subjetiva inmediata, uno puede aceptar y pregonar que Aquí y ahora es película bella. Esto ayuda a los espectadores a creer en lo que han visto. Es lo que el psicólogo estadounidense Gary Marcus llama “efecto halo”, entiéndase aquí como una solución fácil, pero eficiente, que se reduce –en este caso– a “si es bonita, es buena”.
Por mi parte, me quito ese “halo” de encima y digo que estamos ante un filme muy grato visualmente por el buen manejo que, del instrumental para hacer cine, logra la directora Paz León. No se trata de las impresiones visuales por sí solas, sino también del uso de ellas con relación a la “cinematurgia”, como define el cineasta Marcel Pagnol a la historia narrada.
Si el filme no logra una mejor calificación es porque, al fin y al cabo, su guion es dramáticamente débil ante lo que pudo haber sido: le falta hondura o calado y su dilema se reduce a si una estudiante de danza contemporánea debe o no aceptar una beca al extranjero y dejar todo aquello que, como raíces, la amarran a su realidad inmediata.
Lo más que se despliega es el presente de los personajes (sin subtramas ni retrospecciones). En el filme hay un culto a la inmediatez y este se traduce en linealidad de los hechos narrativos. Los momentos más reveladores no pasan de ser cotidianos, mientras se borran el contexto social y otras connotaciones importantes.
Hay que elogiar la extraordinaria actuación de Erina Libertad, vigorosa, llena de matices, expresiva y convincente. ¡Grata sorpresa! Por su parte, Hernán Jiménez no pasa de ser el conocido Hernán Jiménez: su personaje se le resbala y actúa por la libre (¿temor de la directora ante él?), así hasta con el lenguaje descocado que acostumbra a usar en sus monólogos (“stand up comedy”).
El ritmo del filme es de lo mejor, responsabilidad del envidiable montaje de Maricarmen Merino, con inteligente cálculo de los tiempos, para una trama donde domina la representación de hechos y no la interioridad de ellos. Con virtudes y debilidades, Aquí y ahora es filme que les recomiendo.
Ficha técnica
AQUÍ Y AHORA
Título original: Aquí y ahora
Costa Rica, 2019
Género: Drama
Directora: Paz León
Elenco: Erina Libertad, Hernán Jiménez
Duración: 80 minutos
Cines: Cinemark, Magaly, Cinépolis, Nova
Calificación: Tres estrella de cinco posibles