Crítica de cine: ​'Asesinato en el Expreso de Oriente'

​El detective​ ​Hércules Poirot es de los más conocidos en la galería de investigadores venida de la literatura

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En el 2013, la Asociación Mundial de Escritores de Crimen eligió la novela El asesinato de Roger Ackroyd como el mejor policial de la literatura. Su autora: la prolífica escritora inglesa Agatha Christie (1890-1976). Su personaje: el ficticio detective belga Hércules Poirot, nacido para la literatura en 1920.

Este detective es personaje de 33 novelas y de 50 cuentos salidos de la imaginación de la escritora mencionada. Entre esas novelas está Asesinato en el Expreso de Oriente, escrita por Agatha Christie en 1934, precisamente cuando ella viajaba en ese tren y este se quedó pegado por la nieve en un punto de su tránsito.

En 1974, la novela fue llevada al cine por Sidney Lumet y, en este 2017, se estrena una versión nueva dirigida por el irlandés Kenneth Branagh. Lo mejor de este filme de Branagh es el buen diseño del detective Poirot, que lleva a la buena actuación del director, quien se hace cargo del personaje. El asunto es que en el tren ha habido un asesinato y todos los pasajeros son sospechosos para Hércules Poirot, sin excepciones.

Branagh encarna a Poirot con el mejor estilo señalado por la propia Agatha Christie. Se trata de un detective más bien pedante por su vasta intelectualidad y egocéntrico por su envidiable manejo de la lógica, sobre todo del silogismo (razonamiento deductivo a partir de dos premisas y una conclusión que es resultado lógico de las dos premisas).

Poirot es un detective académico, por decirlo de alguna manera, y Kenneth Branagh lo maneja así al dedillo.

Esto es punto alto y cohesionador de la película. Este tipo de policial no es el que resuelve conflictos con la fiereza de persecuciones o con el ejercicio de violencia innecesaria.

Lo demás es la dignidad de los personajes, la elocuencia visual, las buenas actuaciones, el accionar de cámaras (con la técnica que sea) y el ritmo mesurado que mantiene la película. Todo ello hace de Asesinato en el Expreso de Oriente un filme con entidad, con peso dramático y con magnífica tensión, aún para aquellos que conocen el desenlace.

El carácter coral del filme está bien marcado y uno no puede dejar de reseñar el buen papel que logra la actriz Michelle Pfeiffer, quien impone su experiencia para concentrar la atención sobre ella.

Su personaje está siempre presente en ese laberinto de pistas falsas que parecen valer más que las verdaderas. Así, en la película, se destacan los finos interrogatorios que Hércules Poirot hace a los pasajeros del tren.

También por eso es que la ética pasa a ser un valor funcional o disfuncional en el trabajo del detective para encontrar al asesino, donde, no por nada, los viajantes son acomodados como en el clásico cuadro de la Santa Cena (“¿acaso seré yo, Maestro?”).

No se puede ignorar el espléndido resultado estético que vemos en la pantalla, inolvidable, mezcla de fotografía real y de arte con la computadora, pero que también nos muestra la destreza del director detrás de la cámara y no solo delante de ella. Ojalá ustedes no se pierdan este filme, con un final excepcional del que aquí no puedo hablar.

Ficha técnica:

  • ​Título original: Murder in the Orient Express.Estados Unidos, 2017.
  • Género: Policial.
  • Dirección: Kenneth Branagh.
  • Elenco: Kenneth Branagh, Michelle Pfeiffer.
  • Duración: 114 minutos.
  • Cines: Magaly, Nova, CCM, Cinépolis, Cinemark, Citi.
  • Calificación: Cuatro estrellas de cinco posibles.