El cantante español Miguel Bosé dijo “aquí estoy” y dio un espaldarazo al proyecto de codificación del Derecho a la Paz, que impulsa Costa Rica y otros países en el seno de la Organización de las Naciones Unidos (ONU).
Ayer, Bosé visitó la sede central de la ONU , en Ginebra, Suiza, para realizar una serie de reuniones con el grupo que trabaja en la iniciativa y redacta la crucial declaración.
Al embajador tico Christian Guillermet, como cabeza del grupo de trabajo, le correspondió recibir al artista en los actos de ayer.
Según un comunicado de la Cancillería de la República, “Bosé destacó la importancia de seguir luchando para que se logre una declaración universal sobre el Derecho a la Paz”.
“Sin él (el derecho a la paz), el resto de derechos no existen”, dijo Bosé en una conferencia de prensa realizada en el seno de la ONU.
“El derecho a la paz es más que la ausencia de guerra, es algo más filosófico, es el parasol del resto de derechos, porque sin la paz, el resto de derechos no pueden ser ejecutados”, agregó el artista.
Bosé acudió a la actividad en nombre de la Fundación Paz Sin Fronteras , apadrinada desde sus inicios por el español y el cantante colombiano Juanes.
Petición. Además, Bosé abogó porque el Consejo de Derechos Humanos de esa organización renueve el mandato del Grupo de Trabajo sobre el Derecho a la Paz.
“¿Veré el final de este proceso? la codificación tal vez no, pero la declaración, por mis muertos que sí, y continuaré siendo incómodo, que es lo que más me gusta, el tiempo que haga falta”, aseguró.
El cantante explicó que la búsqueda de la paz es una necesidad improrrogable, porque su ausencia puede estar mucho más cerca de lo que se pueda imaginar.
“Nadie pensaba que un día llegaríamos a tener (en España) más de un 26% por de paro y ahí estamos”, dijo Bosé
“Lo más sorprendente es que los cuatros pilares que sustentan las Naciones Unidas son la paz, seguridad, derechos humanos y desarrollo. La paz es el primero y es el único que no se aplica”, agregó.
Por su parte, Guillermet explicó que ante la iniciativa existe una “clara resistencia” por parte de los países anglosajones.
Para Guillermet, esos países están de acuerdo con el concepto de la declaración, pero temen que se codifique, debido a que todo derecho tiene responsabilidades y consecuencias jurídicas a las que no quieren estar sometidos.