Arranca la Mostra de Venecia, el reto del cine al covid-19

Se trata del primer festival que se realiza en medio de la pandemia. Los protocolos de seguridad son estrictos, pero para sus organizadores era necesario dejar de lado el ’streaming’ y volver a los placeres de la gran pantalla

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Como un reto del cine, al covid-19, la edición 77.ª de la Mostra de Venecia arrancó este miércoles en medio de estrictas medidas sanitarias y una ceremonia inaugural completamente cambiada por la pandemia.

Ante un Palacio del Cine blindado –con muchos invitados con mascarillas y obligados a mantener la distancia–, la actriz italiana Anna Foglietta, madrina del certamen, desfiló en solitario por la alfombra roja.

“Tenemos el deber y el poder de construir el mundo que viene”, dijo la actriz, que luego declaró abierto el certamen.

Las tristes notas del filme Érase una vez América, de Ennio Morricone, marcaron la velada, durante la cual se rindió homenaje a las víctimas del nuevo coronavirus y se instó al mundo del cine a renacer tras un año negro para el sector.

Un año oscuro

Para nadie es un secreto que el cierre de salas, la interrupción de los rodajes y la cancelación de festivales en todo el mundo, ha tenido graves consecuencias económicas y ha puesto en peligro a todo el sector.

“Después de tantos meses de confinamiento y bloqueo, debemos encontrar el coraje para abrir de nuevo las salas de cine, comenzar a producir películas nuevamente, realizar buenos productos para convencer al público de que es hora de salir de sus apartamentos para ir de nuevo a las salas de cine”, explicó el director de la Mostra, Alberto Barbera.

Esas declaraciones se originaron en un ambiente frío, en comparación con años anteriores. No podía ser diferente, pues los organizadores tuvieron que montar un muro de unos dos metros de altura, al costado de la alfombra roja.

El muro tenía escalones numerados y mantenía a distancia a los fotógrafos y camarógrafos, todos estrictamente vestidos de negro y con mascarilla.

Esa, posiblemente, es la imagen símbolo de la nueva edición del festival, sin cazadores de selfis ni autógrafos.

Esas fueron las condiciones en que se dio el banderazo de salida al primer gran festival que se celebra en plena pandemia, el cual durará 10 días. Se extenderá hasta el 12 de septiembre, con la reducción drástica del número de invitados.

Una crisis similar solo se recuerda en tiempos de la II Guerra Mundial, o en el clima de protestas de los 60.

Todos rastreados.

El protocolo de la Mostra, obliga a usar la mascarilla dentro y fuera de las salas de las salas de cine, cuya capacidad ha sido reducida al 50%.

Los asistentes deben reservar entrada para todas las sesiones, incluidas las ruedas de prensa. Para todos los casos, las personas se deben someter a un control de temperatura.

El sistema es tan eficiente que indica la silla reservada, con lo que se facilita el rastreo de la persona en caso de presentar síntomas.

“Había que hacer un festival con total seguridad, respetando todas las medidas de precaución. No más películas por streaming, extrañamos la experiencia de ir al cine y es hora de volver a empezar”, anticipó Barbera.

Quienes lleguen desde España, Grecia, Croacia y Malta, países afectados, deberán presentar un test negativo.

Pero todo sea por el cine, el amado cine. Para la célebre estrella australiana Cate Blanchett, presidente del jurado, ha sido “un milagro” poder participar en la Mostra y aplaudió “la creatividad y la fuerza” de los realizadores para poder terminar sus películas.

“Tengo miedos, temores, ¡pero hay que ser valiente!” instó la combativa y elegante Blanchett.

“Creo que la industria del cine, como todas, ha tenido meses dificilísimos y tiene que esforzarse en emerger de nuevo”, dijo durante la rueda de prensa la ganadora de dos Óscar.

Amor y desamor en Italia.

La proyección del filme Lacci, del italiano Daniele Luchetti, abrió la Mostra.

El filme relata una historia sobre los complejos lazos familiares, de amor y desamor, de felicidad y traición, basada en la novela Ataduras de Domenico Starnone.

Con Lacci, fue la primera vez en once años que un filme italiano inaugura la Mostra, una suerte de mensaje de los organizadores para apoyar la industria del país.

En total 60 largometrajes, 15 cortometrajes y una serie de televisión han sido invitados a participar a la Mostra. Los filmes participan en cinco categorías distintas.