Hay un tipo de turismo que consiste en equipar la bicicleta con alforjas y llevar en ellas todo lo necesario para vivir: implementos de camping, artículos de aseo, cocina y alimentos. Esto hace que el viaje sea una experiencia muy completa e imprevisible, ya que, aparte de pedalear, hay que buscar lugares donde acampar y abastecerse.
También conocido como cicloturismo ultraligero, consiste en integrar el equipaje con la bicicleta de la forma más óptima posible, de manera que la carga no sobresalga hacia los laterales. Para ello se suelen usar bolsas de cuadro, que aprovechan el espacio entre las barras de la bicicleta; bolsas de sillín, y bolsas delanteras.
Este conjunto compacto permite rodar por lugares en los que las alforjas estorbarían, como senderos estrechos o caminos pedregosos, aunque muchos lo hacen con la intención de reducir el peso y mejorar la aerodinámica para desplazarse con más velocidad. Usualmente los que utilizan este tipo de modalidad son aquellos ciclistas cuyas bicicletas no fueron diseñadas para el cicloturismo, como las bicicletas de montaña o con amortiguadores.
La aventura consiste en viajar en bicicleta y resolver el alojamiento y la comida de forma externa a través de hoteles, hostales y restaurantes. Además, la constante es llevar poco equipaje: ropa y unos cuantos accesorios básicos. Esta es la modalidad que más impacto económico tiene en las comunidades, sobre todo en áreas rurales.
Esta dinámica incluye también el cicloturismo autosuficiente alargado en el tiempo más allá de un periodo vacacional; es decir, travesías que duran meses o incluso años. Los cicloturistas de larga distancia, también llamados cicloviajeros, normalmente llevan alforjas delanteras y traseras, y visitan varios países.
Para realizar este tipo de cicloturismo necesitaremos ahorrar o disponer de una fuente de ingresos durante el viaje: trabajar durante la ruta o de manera remota son formas de lograrlo.
En esta modalidad, el cicloturista dispone de un vehículo de apoyo para transportar equipaje o resolver algún problema o emergencia que pueda surgir. Hay muchas empresas que organizan este tipo de viaje, aunque también puede hacerse entre un grupo de amigos o un club de ciclistas.
LEA MÁS: África sin límites: la historia de un safaria a solas
También existe la opción de organizar un viaje de corta distancia. Acá el objetivo es disfrutar de un día de bicicleta, siguiendo un recorrido determinado por la persona organizadora con el objetivo de explorar un área concreta. Son días para conocer otras zonas y a otros ciclistas en un ambiente excepcional; la finalidad está lejos de ser una competencia.
Ya sea solo o en grupo, salir a dar una vuelta en bicicleta para disfrutar del paseo también es cicloturismo. Puede ser cerca de casa o llevándonos nuestra bici cuando vamos de vacaciones. Es solo cuestión de tiempo para que se cruce con un cicloturista con alforjas y se diga: “Eso lo tengo que probar yo”.