Tico combate comercio ilegal de especies con una aplicación para guardaparques de Filipinas

El costarricense Alejandro Solís desarrolla desde DAI Global una solución para identificar mejor a los animales en riesgo en ese país asiático y denunciar a quienes los comercien.

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Filipinas, un país que posee 7.641 islas y es catalogado por Conservación Internacional entre las 17 naciones megadiversas porque albergan tipos de vida silvestre que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, se expone a una gran amenaza: el comercio ilegal de especies.

Es por eso que un costarricense, dentro del equipo de DAI Global, que implementa el proyecto Protegiendo las especies silvestres para la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha puesto su empeño y conocimiento para crear una solución tecnológica que pueda aportar en la solución a este problema.

Su nombre es Alejandro Solís, quien desarrolla una aplicación aliada de los guardabosques en esa nación del sudeste asiático.

Según explicó Solís, dos años atrás, en Filipinas se creó Lawin, una app de monitoreo y control forestal, que permitía “realizar patrullajes sin tener conectividad, ocupaba muy pocos recursos; bastante sencilla pero práctica para los guardabosques”.

La aplicación contaba con un GPS nativo, no necesitaba de Internet, los guardabosques solo debían conectar los datos y sincronizarlos, una vez que terminaban de patrullar.

Sin embargo, identificaron un problema: cuando tenían un detenido, por comercio ilegal de especies, pocas veces los casos eran penados o enjuiciados. ¿Por qué? La identificación de las especies era difícil.

“Ellos son guardaparques y colocan un nombre que se les hace familiar, no el nombre científico. Esa situación, en un acta oficial se vuelve un tecnicismo para que un caso sea desechado, no sirva, y entonces el delincuente quede en libertad”.

Ahí es donde entró en acción el Centro para la Aceleración Digital de DAI — en el que trabaja Alejandro Solís— con el diseño centrado en el humano.

Tecnología al rescate

En diciembre del 2018, Solís viajó a Filipinas para hacer un reconocimiento de campo, e indagar sobre quiénes serían los usuarios a nivel político y técnico.

Luego, se desarrolló un taller de Design Thinking (Pensamiento de diseño) con guardaparques y para catalizar toda la información recolectada, también efectuaron una gira en la isla Palawan, una de las más paradisíacas y vieron cómo los guardaparques usan los teléfonos y qué tipo de condiciones tenían en el sitio.

Ahí identificaron aspectos que deberían tomar en cuenta en el diseño de la aplicación, por ejemplo, que los guardaparques suelen hacer patrullajes de hasta seis horas, por lo que al plantear su aplicación deberían considerar la duración de la batería de los teléfonos y el desarrollo de ciertas características en la app, en ese sentido.

Inicialmente pensaron en una aplicación que funcionara identificando fotografías de las especies, para así crear un algoritmo que definiera las figuras de los animales y que remitiera a un banco de imágenes.

Pero, debido a que los guardabosques utilizan teléfonos de gama baja (dispositivos de $60 aproximadamente) eso no resultó posible.

“Entonces contratamos un taxónomo que le hizo control de calidad a toda la base de datos de especies amenazadas en Filipinas, para que así la aplicación pueda tener un filtro donde pueden, a través de pelaje, cobertura, plumas, pelo, escamas, piel, ir filtrando, primero la cobertura, luego el color, hasta determinar más fácilmente cuál es la especie”, explicó Solís.

Esto permitió a los desarrolladores pasar de una base de 400 o 500 especies, a una lista corta, que brinda fotos de manera local en el teléfono, sin estar conectados a Internet.

Una vez identificadas las especies será más sencillo para los guardaparques realizar el reporte de una especie que ha sido sustraída por alguien como comercio ilegal directamente en el teléfono.

Fauna en peligro

En Filipinas, unas 418 especies de animales han sido declaradas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN) como amenazadas, esto quiere decir que son vulnerables, están en peligro o en peligro crítico.

Entre esas especies se encuentran el águila filipina (Pithecophaga jefferyi), el tarsio fantasma (Carlito syrichta) y el pangolín (Manis culionensis) que son de las más traficadas y califican en el grupo de peligro crítico.

DAI Global asegura en su blog que el comercio ilegal de vida silvestre es una amenaza importante en Filipinas y está valuado en el equivalente a $ 1.000 millones.