Lindau, Alemania. No solo el Presidente Luis Guillermo Solís lo hace. Los premios Nobel también se dejan hacer autorretratos con teléfonos celulares, claramente mucho menos inteligentes que ellos.
Ellos no necesitan brazos extendibles de metal (paloselfies) ni siquiera un buen encuadre, solo se colocan en mitad de las salas de conferencias o pasillos y con la ayuda de muchachos más jóvenes que ellos -pero no menos talentosos-, sonríen para el recuerdo.
En Lindau, Alemania, esta semana los galardonados científicos son abordados a cada minuto por otros científicos que, siendo sus ‘fans’, les solicitan el honor de fotografiarse con ellos.
El fenómeno incluso está siendo promovido y documentado por un equipo de jóvenes en el blog http://blog.br.de/nobelpreistraegertagung/nobel-selfie/atos.
Los mismos participantes son quienes envían a esta publicación algunos de sus mejores autoretratos o simplemente los publican en redes sociales como Twitter o Facebook con la etiqueta #LiNo15 de Lindau Nobel 2015.
Y es que, según la propia organización Lindau Meeting, el propósito de actividades como estas es facilitar el debate de conocimiento de un altísimo grado de especialización, pero también promover un comportamiento y actitud joven, así como la oportunidad de descubrir los seres humanos detrás de los hallazgos que han marcado la historia de la humanidad en las diferentes disciplinas.
Entre los participantes hay de todo. Por un lado están Nobeles muy carismáticos como Oliver Smities, quien siempre está dispuesto a hacer conversación y a hacer sonreír a todo el mundo o el fantástico Williams Phillips, que hasta ofrece premios a los estudiantes que se le acerquen a hacerle preguntas.
Está también Françoise Barré Sinoussi, una dama de la ciencia, codescubridora del virus del sida, quien junto a Elizabeth una de las tres mujeres con premios Nobel que participa activamente motivando a otras mujeres científicas. Aunque admite que es cansado, ella amablemente recibe decenas de personas cada día y atiende no menos periodistas que le hacen retratos constantemente.
No sobra decir que no todos nos Nobel se dejan tomar selfies, es más, algunos apenas si se dejan tomar fotos.
Lo cierto es que este encuentro en Bavaria, humaniza a estos Nobel sin que esto anule la grandeza intelectual y las contribuciones a la humanidad por la que fueron reconocidos. Todos saben a lo que vienen y lo hacen voluntariamente: no hay caras largas ni arrogancia por ningún lado.
“Desde su estereotipo o prejuicios, uno podría pensar o imaginarse que los ganadores de los galardones más prestigiosos de ciencia y tecnología de la historia son personas atípicas y muy raras. Y en general lo son. Sin embargo, muchos de ellos han entendido que no tiene nada de malo ser personas normales y hasta se toman selfies”, bromeó la italiana Fabrizia Sterno.
Los estudiantes coinciden en que esta es una experiencia fabulosa que los pone a pensar en la grandeza que existe en la humildad de compartir con entusiasmo lo que uno sabe y le apasiona. “Sea ciencia o cualquier otra cosa”, declaró Lombardo Barbosa de Brasil.
La Nación es testigo de este ‘campamento de verano de Nobeles’ gracias a una invitación de la Agencia Alemán de Intercambio Académico DAAD y de la organización Lindau Meeting.
Háganos llegar sus preguntas y comentarios a alevargas@nacion.com, a @alevargas (Twitter) o https://www.facebook.com/alevargasmorera (Facebook) con las etiqueta @nacion @lindaunobel o #LiNo15
El programa completo se puede consultar aquí: http://www.lindau-nobel.org/