Dependencia del teléfono aleja a centroamericanos de sus hijos y parejas

Estudio corroboró que celular interfiere en las relaciones humanas, pues muchas personas no se desconectan para seguir atendiendo situaciones de trabajo y se sienten incompletas cuando están lejos del dispositivo.

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¿Se ha descubierto en casa revisando el teléfono cuando podría estar compartiendo tiempo con su pareja o sus hijos? ¿Se ha sentido incompleto cuando su móvil está lejos? No es el único, a otros centroamericanos también les pasa, según lo identificó CCK, empresa de comunicación y relaciones estratégicas.

Esta compañía realizó un estudio en la región, titulado: “El teléfono móvil en nuestras relaciones”, en el que figuran las respuestas de personas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica.

Entre los principales hallazgos de la investigación encontraron que: “El 70% de las reacciones ante la potencial ausencia de teléfono fueron negativas, lo que evidencia el fuerte vínculo que hemos desarrollado con los estímulos que este dispositivo nos ofrece”, afirmó David Fallas, gerente regional de Data Meaning de CCK.

Además, encontraron que, entre más responsabilidades tiene una persona, mayor es la dependencia que experimenta hacia su teléfono inteligente.

La información se obtuvo por medio de una encuesta digital en toda la región, que se realizó durante los meses de mayo, junio y julio del 2018 y de la cual se obtuvieron 1.472 respuestas.

En este sondeo se segmentó a los participantes por contexto de vida y así se obtuvo cinco grupos: adolescentes, adultos jóvenes que aún viven con sus padres, adultos con pareja pero sin hijos, adultos con hijos y mayores de 60 años.

Así se encontró que la mayoría de respuestas de quienes manifestaban sentirse incompletos sin su celular, provenían de personas en dos grupos específicamente: los adultos con pareja y los adultos con hijos.

“Cuando le preguntamos a todos los segmentos, la mayoría respondió que el principal uso que hacían del móvil era estar en contacto con sus seres queridos a excepción de los adolescentes (en los cuales es el entretenimiento) pero, curiosamente, estos dos segmentos, adultos con pareja y adultos con hijos, señalaron que su segundo uso principal es el trabajo”, explicó Fallas.

¿Por qué experimentan los adultos esa sensación de vacío cuando el celular no está cerca? Pues porque mientras en el caso de los adolescentes, si les quitan el teléfono lo que puede pasar es que se sientan aburridos, y lo reemplacen con otra forma comunicarse como tabletas, o consolas de videojuegos. En los adultos es más complejo.

“El dispositivo tiene ahí (información relativa al) trabajo, la posibilidad de estar en contacto con sus hijos para saber si llegaron del colegio, con sus padres; es mucho más complejo. Hay un mayor nivel de apego hacia el dispositivo”, comentó Fallas.

Por otro lado, a los consultados que tienen pareja se les preguntó si en algún momento el celular fue motivo de pelea y seis de cada 10 admitió que habían discutido por el uso del móvil.

Además, se identificó que los que más habían discutido eran personas entre los 24 y 35 años. “Esto obviamente nos recuerda que las personas que están en una edad laboral activa tiene un mayor nivel de problemas con sus parejas”, dijo el gerente regional de Data Meaning de CCK.

Maricruz Coto, especialista en Psicología Clínica Integrativa explicó que existe una dependencia del celular cuando la percepción que tiene la persona es que no puede dejar de usarlo, por más que quiera. Esa descripción coincide con las sensaciones a las que se referían los participantes de la encuesta: sentirse incompletos sin el dispositivo.

Repercusiones

Rechazo, desinterés, problemas a nivel de la comunicación, así como de la calidad del tiempo juntos y la intimidad emocional de la pareja son algunas de las consecuencias a las que se exponen quienes le dan prioridad a su dispositivo móvil y no a su compañero o compañera.

“Si alguno de los dos o los dos están viendo al teléfono y no a la persona que tienen en frente, le está dando una prioridad al aparato”, dijo Coto.

Según la experta, algunos individuos se quejen de que, debido a la presencia del celular, cuando quieren compartir situaciones que son importantes, la otra persona nunca deja el teléfono, no logra desconectarse totalmente (del aparato) y si eso es con situaciones relevantes, con las triviales puede ser aún más dramático.

La dependencia del teléfono también puede afectar las relaciones con los hijos, sobre todo porque si se trata de niños pequeños, estos aprenden por imitación.

“Después, cuando los niños crecen, nos empezamos a quejar de que no nos prestan atención, de que solo pasan en el cuarto metidos, que solo juegan videojuegos. Sin ser capaces de ver que eso mismo fue lo que les enseñamos a hacer”, dijo Coto.

La psicóloga también destacó que hay niños cuya niñera es un dispositivo móvil y que los mismos padres no lo ven como algo malo, pues ellos también pasan mucho tiempo con el teléfono.

“Algunas veces logran quejarse de eso, pero no saben como manejarlo porque ellos mismos dependen del dispositivo”, comentó Coto.

La encuesta se complementó con expediciones en espacios sociales y un experimento social utilizando herramientas de evaluación psicológica, con el fin de entender la importancia de los teléfonos celulares en las relaciones personales.

¿Cómo evitar el abuso del celular?

-Tener conciencia de que se tiene el problema.

-Los familiares o allegados tienen el derecho a recibir retroalimentación sobre el uso del celular que está haciendo. Si nuestras personas cercanas están viendo que no les ponemos atención o que ya no podemos disfrutar de esos espacios íntimos, pueden indicarlo.

-Si estamos conscientes del abuso del celular, hay que pasar del abuso al uso y empezar a reducir las ocasiones en que lo utilizamos sin que sea necesario.

-Obsérvese a usted mismo, ¿qué hace cuando tiene un minuto libre? Si la respuesta es tomar el celular, hay un problema.