Robots con huella tica iniciaron su viaje hacia la Estación Espacial Internacional

El costarricense Andrés Mora Vargas participó en el desarrollo de un nuevo sistema llamado Astrobee, que ayudará a los astronautas en tareas rutinarias para que se enfoquen en sus investigaciones

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La nueva generación de robots que serán utilizados en futuras misiones espaciales y en cuyo desarrollo participó el costarricense Andrés Mora Vargas, partió este miércoles hacia la Estación Espacial Internacional (EEI).

El sistema robótico Astrobee es parte de los 3.447 kilogramos de investigación, suministros de tripulación y hardware que viajan a bordo de la nave de carga Cygnus, impulsada por el cohete Antares. Se espera que el viernes esté arribando a la EEI.

Su lanzamiento al espacio se efectuó a las 2:46 p. m. (hora de Costa Rica), desde la instalación de vuelo de la Isla Wallops, en Virginia. Si bien Astrobee cuenta con tres robots, en esta ocasión solamente viajaron dos (Honey y Bumble).

Mora siguió con detalle la transmisión del lanzamiento, desde el Ames Research Center, centro de investigación de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) ubicado en Silicon Valley, California, Estados Unidos.

“Astrobee permitirá que la NASA y los científicos de todo el mundo estudien una gran cantidad de campos que van desde la robótica a la dinámica de fluidos y el servicio en órbita para ayudar a motivar a los jóvenes estudiantes a las carreras de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)", dijo en conversación con La Nación.

El aporte del ingeniero tico en el desarrollo de esta tecnología, consistió en brindar apoyo en temas de hardware y software, además de proveer ideas de qué es lo que a los investigadores les interesa hacer con estos robots, pues el costarricense tiene trayectoria en el campo de la investigación.

Pero esta no es la primera vez que Mora está involucrado en un programa que logra llevar equipo al espacio, ya que fue parte del panel de expertos asesores del primer satélite costarricense -creado en el marco del Proyecto Irazú-, que se lanzó el 2 de abril de 2018.

En julio también se lanzaría el tercer robot de Astrobee (Queen) y en octubre un mecanismo que permitirá a los investigadores de la estación espacial, evaluar cualquier problema de funcionamiento en el sistema, pero que Mora espera nunca vaya a ser necesario.

“El lanzamiento de Astrobee a la EEI está lejos de ser el final de esta misión, sino más bien es el comienzo de un momento emocionante en el que los estudiantes, investigadores, la industria y el gobierno podrán trabajar juntos y desarrollar nuevas tecnologías útiles aquí en la Tierra y otros mundos”, expresó el tico.

Mora también destacó el papel de tres estudiantes costarricenses -Mariela Rojas, Jonathan Rojas y Sergio Vargas- quienes realizaron una pasantía junto a él en el centro Ames y cuyo aporte “fue importante para el desarrollo de Astrobee”.

¿Qué es Astrobee?

Astrobee es un nuevo sistema robótico desarrollado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), para ayudar a los astronautas a reducir el tiempo que dedican en sus tareas rutinarias.

De esta forma se espera que los investigadores puedan “centrarse más en las cosas que solo los humanos pueden hacer”, según señala la agencia estadounidense en su sitio web.

“Trabajando de forma autónoma o mediante el control remoto de astronautas, controladores de vuelo o investigadores en tierra, los robots están diseñados para completar tareas como realizar un inventario, documentar experimentos efectuados por astronautas con sus cámaras integradas o trabajar juntos para mover la carga a través de la estación”, indica la información.

Astrobee también ofrece otras facilidades, ya que sirve como una plataforma de investigación que puede equiparse y programarse para llevar a cabo experimentos en microgravedad.

“Lo que nos ayuda a aprender más sobre cómo la robótica puede beneficiar a los astronautas en el espacio”, explica la NASA.

Funcionamiento

El sistema Astrobee se compone de tres robots con forma de cubos, además está equipado con un software y una estación de acoplamiento utilizada para recargar y que fue enviada a la EEI el 17 de noviembre de 2018.

La estación de acoplamiento fue instalada en el Módulo de Experimentación Japonés (JEM, por sus siglas en inglés).

Los robots utilizan ventiladores eléctricos como un sistema de propulsión que les permite volar libremente a través del entorno de microgravedad de la estación, mientras que las cámaras y los sensores les ayudan a “ver” y navegar por sus alrededores.

También cuentan con un brazo que les permite sujetarse de los pasamanos de la estación para conservar energía, así como agarrar y sostener objetos.

Astrobee fue desarrollado a partir del legado y las lecciones aprendidas de los robots Spheres, los cuales han permanecido en la estación desde hace más de una década y con los cuales Mora también estuvo involucrado.

“Yo empecé (en este proyecto) en el final de Spheres para empaparme bien de cómo funcionan todos los procedimientos de operaciones. Incluso he participado (en conferencias) con astronautas en tiempo real. Eso te ayuda a tener un mejor entendimiento sobre qué se necesita para que Astrobee sea una plataforma exitosa”, comentó el ingeniero en robótica espacial a La Nación en abril del año anterior.

Una vez que Astrobee esté completamente operacional, se tiene previsto que asuma las funciones de su predecesor.

Según NASA, en el futuro los robots jugarán un papel importante en los esfuerzos de la agencia de regresar a la Luna, así como para otras misiones de exploración del espacio.

Ratones en el espacio

A bordo del Cygnus también irán 40 ratones que forman parte de la Misión de Investigación de Roedores (RR-12), la cual busca estudiar el sistema inmunológico de estos animales en el espacio, al evaluar la respuesta de sus cuerpos a la vacuna del tétano.

“El sistema inmunológico de los ratones es muy similar al de los humanos. La información obtenida de RR-12 será útil para comprender cómo mantener la salud y el bienestar de los astronautas durante los vuelos espaciales de larga duración”, explica NASA en su sitio web.

Con esta misión, se espera obtener información clave que permita a los científicos descubrir nuevas formas para mejorar las vacunas y terapias para seres humanos, tanto en el espacio como en la Tierra.

Esto sería posible gracias a que la RR-12 investigará los efectos del vuelo espacial tanto en la respuesta inmune primaria como en la respuesta inmune secundaria.

“Cuando el sistema inmunológico de un animal individual se encuentra con una toxina o un patógeno en particular por primera vez, activa la respuesta inmunitaria primaria, activando la producción de anticuerpos tempranos y células de memoria que luego ‘recuerdan’ la toxina o el patógeno”, explica una la información oficial del proyecto.

Mientras que la respuesta inmune secundaria se desencadena con los encuentros subsiguientes con la misma toxina o patógeno. Se trata de una respuesta más acelerada a la infección.

“Las células de memoria previamente activadas responden rápidamente y producen anticuerpos que atacan los antígenos, los marcadores de identificación en las células infectadas”, añade.

Para realizar este experimento, los 40 ratones fueron divididos en dos grupos: uno de respuesta primaria y otro de respuesta secundaria.

A los primeros se les colocará la vacuna contra el tétano durante su estancia en la EEI, mientras que a los segundos, se les aplicó antes del lanzamiento, así como durante su tiempo en el espacio.

Otros ratones vacunados que permanecerán en la Tierra servirán como grupo de control para medir el efecto del vuelo espacial en las respuestas de anticuerpos.

“La investigación RR-12 probará la hipótesis de que la exposición al ambiente de los vuelos espaciales, que incluye condiciones como la microgravedad y la radiación, conducirá a decrementos en las respuestas de anticuerpos primarios y secundarios al desafío de un antígeno (en este caso, la vacuna contra el tétano), dentro del cuerpo vivo”, explicó la NASA.