Si usted quiere comunicarle a alguien un mensaje de trabajo o sus sentimientos, mejor pídale la dirección de correo electrónico y no su número de teléfono.
Un estudio hecho por científicos de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, indica que los resultados pueden ser mejores al enviar un e-mail que cuando se remite un mensaje de voz.
¿Por qué? Antes, la comunicación por computadora se consideraba pobre para transmitir emociones y, en ese contexto, se suponía que un mensaje de voz podía ser “más personal” para comunicarse.
Sin embargo, la reciente investigación, que analiza cómo respondemos emocionalmente a las nuevas formas de comunicación gracias a la tecnología, sugiere que ya ocurrieron cambios generacionales que varían la expresión y comprensión de los sentimientos, dijo Taylor M. Wells, de la Universidad Estatal de California, Estados Unidos.
El estudio revela que en esta era digital, un correo electrónico puede ser más eficaz en la expresión de pasiones y emociones que dejar un mensaje.
Esto es especialmente cierto entre los jóvenes de la Generación Y, también conocida como Generación del Milenio o millennials, indican sus autores.
Recordemos que se conoce como millenials a los nacidos entre 1980 y 1994. Estos destacan porque prefieren buscar la felicidad, que una estabilidad económica.
“El estudio nos hizo concluir que el correo electrónico es mucho mejor cuando se quiere transmitir a alguien un poco de información sobre lo que usted quiere que él piense”, dijo Alan Dennis, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Indiana.
El estudio detectó, además, que es fisiológicamente más excitante para el remitente enviar un mail que grabar un mensaje que casi no se puede editar. Esto ocurre si se trata de un correo electrónico de trabajo o romántico.
Resultados. Para llegar a esta conclusión, los especialistas tomaron medidas fisiológicas e hicieron también pruebas psicológicas a 72 muchachos de Estados Unidos en edad universitaria.
Tras el análisis detallado de esos datos, Dennis y Wells detectaron que quienes enviaron correos electrónicos para expresar sus sentimientos o requerimientos fueron más emotivos y emplearon un lenguaje más significativo y atento que quienes dejaron mensajes de voz.
Es como si quienes escribían e-mails se preocuparan por compensar con información más positiva la falta de la voz (y todo lo que se puede transmitir con el tono de voz ), aducen los expertos.
Esto podría deberse a que el correo electrónico permite a los remitentes modificar el contenido cuantas veces deseen, hasta asegurarse de que expresan lo que desean, mientras el correo de voz carece de esta característica y debe ser más espontáneo.
Los investigadores percibieron que al escribir un e-mail las personas se tomaron más tiempo para elegir sus palabras con cuidado y asegurarse de que el lenguaje transmite el significado completo, y opinan que quizás la inversión de más tiempo contribuiría a aumentar la excitación.
Eso sí, recalcan los investigadores, no se deben mal interpretar los resultados del estudio para decir que las reuniones cara a cara, las llamadas telefónicas personales y otras formas directas de comunicación no son útiles. De hecho, estas siguen siendo la mejor vía posible.