Estos son los exóticos diseños que burlan el reconocimiento facial

Colectivo de diseñadores desarrolló accesorios que buscan confundir la recolección de datos biométricos

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Una banda que se coloca alrededor de la cabeza proyecta sobre su rostro la cara de Leonardo DiCaprio o el personaje famoso que usted elija. Este accesorio, creado por la diseñadora Jing-cai Liu, se hizo viral en las últimas semanas con ocasión de las multitudinarias protestas en Hong Kong, donde los ciudadanos cumplen ya cuatro meses de manifestaciones en contra de la ley de extradición hacia China, el país con la red de videovigilancia más grande del mundo.

Los manifestantes se las han arreglado para encontrar mecanismos que les permitan evadir el reconocimiento facial, como por ejemplo disparar con luces láser a los lentes de las cámaras o usar máscaras, que fueron prohibidas por la ley.

En un contexto de cámaras de última tecnología que incorporan inteligencia artificial y reconocimiento facial con una capacidad de visión a kilómetros de distancia, los protestantes han buscado evadir a toda costa que sus rostros sean detectados.

Aunque la banda aún no se comercializa ni tampoco apoya el movimiento político en el territorio asiático, le permite al usuario proyectar sobre su rostro una apariencia diferente. Si bien este truco es evidente para el ojo humano, podría engañar las cámaras de videovigilancia.

En un video publicado en abril de 2017 en el sitio web de Jing-cai Liu, se conoció por primera vez el wearable, cuya descripción dice que no tiene nada que ver con el contexto político. Liu, una de las estudiantes de la Universidad de las Artes de Utrecht, lo describe como “un producto para proteger la privacidad” o una respuesta a la posibilidad de ser reconocido en las calles por empresas y agencias de publicidad.

“Megabancos de datos y cámaras de alta resolución en las calles almacenan cientos de exabytes (una unidad de medida de almacenamiento de que equivale a 1018 bytes) al año. ¿Pero quién tiene acceso a estos datos? Es posible que tengan un uso comercial; por lo tanto, no solo las empresas minoristas, sino también la industria de la publicidad podrían estar muy interesadas en estos datos en el futuro”, reza la descripción en su sitio web, y apunta: “Puede ser conveniente para los clientes, pero los pensamientos y las opiniones personales deben mantenerse en privado. Este producto lo protege de esta violación de privacidad”.

El diseño forma parte de una serie de prototipos de wearables creados por cinco estudiantes holandeses de la Universidad de las Artes de Utrecht (Cai Liu, Marcel Coufreur, Sanne Weekers, Joppe Besseling y Jip van Leeuwenstein), quienes, mediante diferentes accesorios, desde bufandas hasta máscaras, buscan “provocar debates sobre el futuro emergente”.

El grupo de estudiantes creó un colectivo artístico llamado Anonymous y presentó sus diseños en el marco del evento HKU Design, realizado en Milán (Italia) en 2017. Pero, de cara a las protestas y el uso de la tecnología por las autoridades, el colectivo tiene preocupaciones de que sus diseños se usen en el mundo real y en el contexto político de las manifestaciones.

Marcel Coufreur, diseñador de un sistema que permite bloquear y atacar drones, enfatiza que las tecnologías de vigilancia aportan mayor seguridad y que la crítica va dirigida a la explotación comercial de los datos.

“La seguridad es nuestra primera prioridad. Nosotros como diseñadores creamos productos para protegerlo de las violaciones de la privacidad. Estos protegen sus emociones, opiniones, datos y pensamientos”, dijo a través de un video.

El diseñador, tomando la vocería del colectivo, escribió recientemente: “Nuestro trabajo no tiene intenciones políticas, ni antes ni ahora. Queremos aclarar que la mayoría de nuestros trabajos son conceptos no funcionales sin intención de producción y que los derechos de estos productos y conceptos están en las manos de sus diseñadores (...). No los use en ningún contexto político”.

Además del proyector portátil, los estudiantes han desarrollado otros prototipos de productos como una bufanda que confunde el reconocimiento facial al disponer de rostros en la tela o una máscara de distorsión del rostro, que debido al efecto del vidrio, logra cambiar las proporciones de los rasgos biométricos.