Durante la semana, Abdiel Fernández de 5 años cuenta los días que faltan para el sábado, pero no para descansar, sino porque ese es el día en que asiste a los talleres de Engineering for Kids.
En ese centro de ingeniería para niños de entre 4 y 11 años— ubicado en La Uruca— aprende sobre la resolución de problemas y el razonamiento lógico. Aunque suena muy serio, si algo caracteriza a esta cita con el conocimiento es la diversión.
Las cucharas y cajas de confites se convierten en materia prima para construir catapultas y aprender principios de Física. Mientras que las botellas de plástico son los componentes ideales para crear cohetes.
Allí, hasta las paredes se transforman en pizarras que hospedan desde juegos de estrategia como el popular “Gato” hasta animales prehistóricos.
Así ocurrió con Abdiel, el día en que La Nación visitó las instalaciones del centro. Este vecino de Esparza Puntarenas, aprovechó el lienzo en blanco que le ofrecían las paredes para hacer una solicitud: “¿Me hace un dinosaurio?”. Tras obtenerlo, miró el dibujo y comentó: “Pero él no tiene dientes. Los dinosaurios necesitan dientes para comer”. A continuación, tomó un marcador y comenzó a dibujar por su cuenta.
Un episodio como es refleja lo que se aprende en estos talleres: establecer retos o problemas, plantear posibles soluciones y proponer prototipos con los recursos disponibles.
“Me gusta tener niños en la academia que sean libres de pensar y de cuestionar las cosas”, comentó Maribel Arce, directora académica de la institución, que empezó a impartir lecciones en abril de este año y en las nuevas instalaciones de La Uruca en mayo pasado.
Convenio. Esta iniciativa es aplaudida por instituciones como el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) y por padres y familiares de los alumnos que ya ven resultados.
El pasado viernes 24 de junio, Engineering for Kids firmó un convenio con el CFIA para que pronto se puedan impartir algunas de las lecciones en el edificio de esa entidad profesional.
“Qué mejor que aprender conceptos de física y matemática, no solo mediante la formulación teórica, sino precisamente a través del ejercicio práctico”, comentó Olman Vargas, director de ese colegio profesional, durante el evento.
Representantes del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) también participaron en la inauguración oficial del centro y manifestaron su apoyo a la iniciativa.
Motivación. La abuela de Abdiel, Cecilia Fernández destacó la importancia de este tipo de enseñanza. “Si se invierte a diario en juguetes y ropa ¿por qué no invertir en conocimiento?”, afirmó.
Cada sábado, ella viaja con su nieto y asegura que la experiencia de aprender sobre ingeniería ha sido satisfactoria. “Él arma y desarma sus cosas, se mete en la computadora, baja programas... y con 5 años me dice: ‘vení Tita, esta calle yo la puedo hacer y te puedo hacer este edificio’”, dijo Fernández.
Mariángel Delgado, de 9 años es otra de las alumnas de este centro, que a su corta edad ya tiene clarísima su vocación: quiere ser ingeniera.
Esta vecina de Liberia, Guanacaste se levanta cada sábado a las 4 a.m. para llegar a tiempo a clases y “aprender mucho más de lo que ya sé”, afirmó. Por ejemplo, sobre la superficie de los barcos.
Cursar estos talleres ha motivado a la niña a estudiar más matemáticas, y aseguró que sus calificaciones de ciencias pasaron de ochentas, a noventas.
Para vacaciones
Engineering for Kids . Programa mensual de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas. Se imparte sábados y cuesta ¢48.000. En vacaciones se darán clases. Teléfono: 4702-3232.
Fab Lab Kids. El Museo de los Niños también tiene alternativas para vacaciones de julio. Por ejemplo, ofrecerá dos campamentos sobre principios básicos de electrónica y programación, entre otros. Cuesta ¢80.000. Inscripciones en: campamento@museocr.org.
Aprender haciendo. Cursos de robótica con LEGO Education. Mayores detalles: 2253-2413.
FUENTE: Museo de los Niños, Aprender haciendo, Engineering for Kids.