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GRACIELA SOLÍS (GRACIELA SOLIS)
Margaret Burgraff creció en una granja en Irlanda. Las matématicas fueron su materia favorita desde niña, al tiempo que desarmar las cosas para ver cómo estaban construidas fue uno de sus mayores pasatiempos.
Cuando llegó a la universidad, estudió Ciencias de la Computación porque pensó que esa carrera le permitiría ayudar a su hermana más joven, quien tiene una discapacidad cognitiva.
En el pasado trabajó para Apple y Palm, y hoy es la vicepresidenta global de Software as a Service Group, en Intel.
Burgraff visitó Costa Rica para participar del Costa Rica Women Intel Network (WIN) y aprovechó para conversar con La Nación sobre la importancia de que las mujeres se involucren en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
¿Por qué es importante que las mujeres lleguen a campos STEM?
No hay un motivo para que las mujeres no estén involucradas; como raza humana estamos enfrentando algunos retos. En unos 60 años habremos gastado los recursos naturales que ahora tenemos; ya no habrá petróleo, gas natural, ni carbón, y existirá una brecha en el suministro de agua.
”Necesitamos de todos para resolver estos problemas. La raza humana siempre ha sido la impulsora de la innovación. Si hemos podido crear muchos juguetes, es tiempo de empezar a ver estos temas”.
¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las mujeres al ingresar al campo de la tecnología?
Es un problema más de confianza que de competencia. También creo que hay un estereotipo negativo sobre cómo se ve una ingeniera. La ven como sinónimo de “no ser atractiva”, de “usar ropa fea y anteojos de pasta”. Todas las películas refuerzan ese estereotipo.
”Por eso, yo me pongo vestidos bonitos, para que cuando las muchachas jóvenes que no quieren parecerse a una ingeniera me vean, piensen que pueden ser princesas y hasta crear sus propias varitas mágicas”.
¿Cómo cambiar esa forma de pensar por la cual se sigue regalando a los niños juguetes más ingenieriles y a las niñas, muñecas?
Lo primero es admitir que todos tenemos prejuicios. Tuvimos una formación en la que hubo de por medio prejuicios. Un compañero varón contó que, al llegar a su casa, su hijo estaba armando bloques Lego y su reacción fue decirle: ‘Qué buen ingeniero sos’. A la vez, su hija estaba sentada haciendo pulseras con pequeñas piezas y él le comentó: ‘Me encantan las artesanías que hacés’.
”Luego se dio cuenta de que estaba subestimando el trabajo de ingeniería que su hija hacía”.
¿Cómo acercamos a las mujeres al campo de la tecnología?
Creando en ellas un sentido de responsabilidad con respecto a los problemas que están impactando a la raza humana. Las mujeres somos muy buenas en las actividades de colaboración y asimilación. Somos más colaboradoras, y para solucionar esos problemas, vamos a necesitar que muchas compañías trabajen juntas, lideradas por mujeres.
¿Cuál fue su mensaje para las mujeres de Intel que participaron en la actividad WIN?
El autoconocimiento es importante. Si usted quiere ser una líder, debe conocerse, saber en qué es buena y en qué no, qué le gusta y qué no. Una líder no puede liderar si nadie la sigue, y nadie seguirá a una persona que no sabe qué quiere hacer.
”Mi mensaje es mi experiencia: nací en una finca en Irlanda, mis padres no tenían estudios universitarios y, aun así, me convertí en la vicepresidenta de una de las mejores compañías del mundo. No hay nada tan especial en mí que no tenga otra mujer u hombre en el mundo”.