En Internet, vemos lo que nos gusta y nos gusta lo que vemos. Estemos al tanto de ello o no, Internet crea burbujas de confort a la medida de cada quien.
Es así porque las compañías tecnológicas saben que al seguir los hábitos del usuario pueden crearle un universo en línea, donde solo ve lo que quiere ver. La Internet a la cual se expone se reduce a validar su “yo”.
Nada mal, ¿verdad?, aunque quizá sí. La personalización de contenido se hace tan omnipresente hoy que podría ocultarnos algo importante: otras voces y puntos de vista que reten nuestro pensamiento y lo ensanchen.
La recién concluida feria de tecnología CES 2015, en Las Vegas, confirmó este interés de los fabricantes por vender vivencias digitales y artefactos más intuitivos en la tarea de adivinar los deseos de sus dueños.
“El aumento de nuevas experiencias de cómputo personales, de dispositivos inteligentes y conectados, y la revolución de los wearables , están redefiniendo el nexo entre los consumidores y la tecnología”, enfatizó la semana anterior Brian Krzanich, director ejecutivo de Intel.
Por eso Intel mostró en la CES el sensor Curie, chip del tamaño de un botón con el cual la empresa busca potenciar todo tipo de dispositivos de vestir, desde dijes hasta zapatos inteligentes.
En los pasillos de la CES, abundaban los electrodomésticos en línea, los sensores para controlar casas y las pulseras rastreadoras de toda función corporal. Hacia eso vamos.
Al sumar las posibilidades de sumar y sumar sistemas de localización y rutinas de los usuarios, Internet “a la carta” entra a terreno nuevo: el mundo real.
De la nube a la calle. El entusiasmo en la feria CES 2015 por colocar sensores a todo producto demuestra que la industria de accesorios electrónicos impulsará que las experiencias en línea sean cada vez más hábiles para influir en nuestra vivencia del entorno físico.
“Samsung ya posee una amplia gama de dispositivos para Internet de las cosas. El año pasado, vendimos más de 665 millones de productos así, y esto aumentará. Nosotros ya empezamos a liberar el valor escondido en dispositivos conectados y en todos los objetos cotidianos a nuestro alrededor”, resaltó BK Yoon, presidente de Samsung Electronics en la conferencia de apertura del CES.
Aunque aquello agilice rutinas diarias, otro posible efecto de una web muy personal (y el entorno con ella) es que, si mantiene lo suficiente al usuario en su capullo, puede limitar sus horizontes.
Jaron Lanier, científico de la computación y autor del libro No eres un gadget , advierte de que las personas tienden a entrar en una “caja de resonancia” donde más y más de lo que ven en línea se ajusta a la idea de lo que algún tipo de software cree que son.
En la CES , la canción favorita de los expositores era “relevancia”: que todo dato capturado por el entorno digital y los accesorios sea “relevante” para la persona. La pregunta es ¿según quién?
Si los algoritmos hoy asumen la edición de qué vemos y lo precisan por nosotros, “tenemos que asegurarnos de que consideren variables más allá de una estrecha relevancia”, advierte Eli Pariser, autor del libro La burbuja de filtro: ¿Cómo la nueva web personalizada está cambiando lo que leemos y cómo pensamos .