San José.
La Asociación de Auxiliares de Vuelo de EE. UU. (AFA) propuso revertir la decisión de la Administración Federal de Aviación (FAA) de permitir a pasajeros en vuelos comerciales utilizar sus teléfonos, tabletas y computadoras en todo momento del vuelo.
Hace un año, la FAA anunció que permitiría el uso de estos dispositivos en cualquier punto del vuelo; incluyendo así las fases de despegue y aterrizaje. Antes, estos dispositivos debían estar guardados mientras el avión alcanzaba al menos 10.000 pies de altura; punto cuando ya era permitido su uso.
Desde entonces, 31 aerolíneas representantes del 96% del tráfico aéreo comercial de EE. UU. han permitido este uso ampliado de los aparatos siempre y cuando estén en "modo avión".
La AFA argumentó el viernes ante una Corte de Apelaciones de Washington D.C que dichos aparatos distraen demasiado a los pasajeros al punto de ignoran las indicaciones de seguridad transmitidas por los auxiliares de vuelo y que, en caso de turbulencias o movimientos bruscos de la aeronave, se podrían escapar de las manos de sus usuarios y terminar convertidos en proyectiles sobre la cabeza de alguien.
Por último, conforme un reporte de la agencia de noticias AP, la Asociación afirma que la FAA también habría violado la Ley Federal de Procedimiento Administrativo pues no habría dado aviso público del cambio antes de introducirlo para que las partes implicadas formularan críticas y sugerencias.
No obstante, los jueces que conocieron el caso enfriaron el viernes las intenciones de AFA de quitar de las manos de los pasajeros sus artefactos.
"Las aerolíneas siempre han tenido la discreción sobre cómo manejar esto", respondió el juez Harry T. Edwards al abogado de esta Asociación de 60.000 afiliados.
Los jueces también señalaron que por mucho tiempo las compañías aéreas han determinado sí y cuándo los pasajeros pueden utilizar estos dispositivos y eso, en esencia, sigue invariable, afirmaron los jueces.
Por último, el abogado de la FAA contradijo el razonamiento de la Asociación respecto a la peligrosidad de los teléfonos y tabletas en caso de turbulencias al señalar que representan el mismo nivel de riesgo que un libro.