Jarby Alemán Corea golpeaba con fuerza los barrotes de una celda colectiva de Máxima Seguridad en la Reforma. Aferrado a la puerta, llamaba la atención de los policías para que lo sacaran.
El liberiano, de 24 años, ya descontó una pena de cinco años por robo agravado siendo menor de edad. Luego de salir en libertad, fue condenado nuevamente a seis años por otro robo y una portación ilícita de arma.
Conoce las cárceles de menores (Zurquí) y Calle Real (Liberia), pero desde hace un año está en Máxima Seguridad por problemas de convivencia. Sin embargo, allí también estaba “arrollado” –término que se utiliza cuando deben abandonar una celda–.
Problemas con otros tres reclusos con quienes compartía el espacio, algunos con penas de 50 años de cárcel, lo obligaban a migrar a otra celda, mas los oficiales no accedieron a su petición, dice.
“La paca (Policía) llega y ve que uno tiene problemas y todavía los otros reos dicen que si no me sacan, me van a hacer un hueco (herida). La paca dice: ‘Apuñaléenlo, porque no lo vamos a sacar de aquí’. A ellos no les interesa hasta que vean que a uno lo están reventando y la vara es en serio”, contó, atado de pies y manos, durante una entrevista.
El 24 de octubre del 2014, hubo un pleito entre los reclusos que terminó con golpes, patadas y un balde plástico como arma de defensa. Jarby finalmente fue sacado de la celda y, mientras se decidía dónde reubicarlo, los agentes lo llevaron a un espacio de cinco metros cuadrados entre los pabellones. Allí estuvo aislado y esposado durante 96 horas.
Queja. De lejos, Rónald Granados observó la escena. Este recluso, de 51 años, se ha convertido en el “abogado” de Máxima Seguridad. Él sabe que la ley solo autoriza al juez de ejecución a aislar a un recluso por más de 48 horas.
Por eso redactó un recurso de hábeas corpus en favor de Alemán, al alegar que el trato recibido fue cruel y degradante, pues ninguno de los pabellones cuenta con una celda de aislamiento para mantener a reos temporalmente; por el contrario, se utilizan espacios de encierro no aptos hasta por 200 horas, sin que les quiten las esposas y sin baño.
La gestión fue declarada con lugar por la Sala Constitucional al comprobarse que las 96 horas que Jarby Alemán Corea estuvo esposado y aislado constituyen un trato “cruel y degradante”, que contraviene la Constitución.
“Ahí no había baños, servicios ni nada, tuve que orinar en pichinga y, para ir al servicio, tuve que esperar al día siguiente a que ellos llegaran y me llevaran. El día que me sacaron, la misma escuadra me cacheteó, me metió en un módulo donde uno no puede ni dormir, pasé cinco días ahí metido. Cuando me daban el rancho , los frijoles estaban malos y el arroz, podrido”, expresó.
Análisis. En el voto N.° 20822-14, del 30 de diciembre del 2014, redactado por el magistrado Fernando Cruz, se analizó que quienes reciben una condena de prisión solo pierden la libertad de tránsito, pero mantienen el resto de derechos, como la salud, educación, igualdad de trato, sufragio, comunicación, información y libertad de expresión.
Añadió que los reclusos tienen derecho a vivir en condiciones de detención que respeten la dignidad, por lo que el hacinamiento, la falta de ventilación, luz natural o cama para reposo, el aislamiento y la incomunicación, violentan la integridad.
El recurso confirma que otro recluso del mismo ámbito, Olivier Herrera Carranza, pasó esposado 24 horas en un espacio similar. Según dijo Herrera, debió hacer sus necesidades en una bolsa y, para ello, un oficial le soltó por unos minutos las esposas.
El fallo ordena al Ministerio de Justicia que evite aislar a los reos en esos espacios, excepto en casos de premura y como medida temporal, sin que se excedan las dos horas. Agregó que deberán contar con las condiciones mínimas que resguarden la dignidad, como acceso a servicio sanitario sin de estar esposados.
Reynaldo Villalobos, director de Adaptación Social, dijo que revisará la resolución para establecer las medidas correctivas y determinar los espacios adecuados, pues asegura que, según el Código Procesal Penal, ningún reo puede estar aislado más de 24 horas sin permiso del juez.