Durante los últimos ocho meses, la Fuerza Pública cerró ocho sedes en la zona fronteriza con Nicaragua.
Se trata de las delegaciones de San Isidro y Cuatro Esquinas de Pocosol de San Carlos, Moravia, Jocote y Crucitas de Cutris de San Carlos, así como las de Delicias, Pavón y San Humberto de Los Chiles.
El hecho lo dieron a conocer vecinos de las localidades citadas, quienes expresaron su preocupación porque la decisión incrementó la sensación de inseguridad.
Rafael Carballo, miembro de la Asociación de Desarrollo de San Isidro de Pocosol de San Carlos, dijo lo siguiente: “Luego del cierre, se ha dado una llegadera de carros con gente que no es de la zona, sobre todo en las madrugadas. Se arriman a la misma línea divisoria, se están 30 minutos y después los ve uno donde salen”.
Carballo agregó que los jefes policiales prometieron que los patrullajes serían más constantes, pero aseguró que los policías solo llegan esporádicamente.
La Nación consultó a Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública, pero este encargó el tema al subdirector Pablo Bertozzi, quien anoche dijo haber solicitado la información, pero requiere más tiempo para dar la explicación sobre la clausura de los recintos policiales.
En sus manos. Por su parte, Lidia Ortega, vecina de Las Delicias, comentó que la decisión del Ministerio de Seguridad los deja en manos de delincuentes. Agregó que en el caso de Las Delicias, el puesto policial más cercano queda ahora a 10 kilómetros de distancia.
Un criterio similar exteriorizó Alejandro Guzmán, vecino de Cuatro Esquinas de Pocosol: “El cierre nos tomó por sorpresa. Ante una emergencia, tendríamos que esperar que nos manden una patrulla desde el centro de Los Chiles, a más de 25 kilómetros de distancia”.