Las personas que tengan la temperatura alta no podrán ingresar a las cárceles del país para visitar a sus familiares.
La disposición del Ministerio de Justicia y Paz nace a raíz de la presencia de casos del nuevo coronavirus covid-19 en el país. Hasta el mediodía de este martes, había 13 personas afectadas en Costa Rica.
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De momento, no hay ni siquiera casos sospechosos a lo interno del sistema penitenciario, pero eso no tranquiliza a las autoridades. Por el contrario, las obliga a tomar mayores medidas para evitar la propagación de este virus entre la población penal.
Una de esas disposiciones es que, a partir de este sábado, el personal de Salud de la cartera se instalará en las entradas de todas las prisiones para, con termómetro en mano, tomar la temperatura a las personas que planean visitar a sus familiares durante los fines de semana, detalló Fiorella Salazar, ministra de Justicia.
En caso de que detecte a alguien con fiebre, no le permitirán la entrada.
“No queremos que nadie con afecciones de salud ingrese a las cárceles, porque nuestro deber es cuidar a los privados de libertad y a los funcionarios tanto técnicos como administrativos. En eso estamos enfocados", apuntó la jerarca.
Además de eso, este personal se encargará también de explicarle a los visitantes el uso correcto del protocolo de tosido y estornudo.
Para reforzar las medidas de higiene, todas las personas que quieran ingresar deberán lavarse las manos con agua y jabón. También habrá alcohol en gel.
“Vamos a poner carteles explicativos en todos los centros penales para que hasta los niños los vean y se familiaricen con los cuidados que hay que tener para evitar la propagación”, señaló Salazar.
Por el lado de las encomiendas que llegan a diario a los centros penales, indicó que aún las siguen recibiendo con el cambio de que los policías penitenciarios manejarán todo con guantes.
Detalló que estas medidas se mantendrán de forma permanente hasta que la situación por el nuevo coronavirus cese.
Agregó que, hasta este martes, la idea de suspender las visitas a cárceles no está sobre la mesa. “Todo dependerá de si, en algún momento, el Ministerio de Salud nos gira órdenes sanitarias. Ahí sí tendríamos que prohibirlas".
Al 9 de marzo, había 16.776 personas recluidas en el sistema penitenciario.
A lavarse las manos
Desde que se supo la posibilidad de que el nuevo coronavirus llegara a Costa Rica, Justicia comenzó a analizar qué se podía hacer para evitar el contagio.
Lo primero que hicieron fue brindar información a los privados de libertad para evitar el pánico entre la población. Además, les pidieron la colaboración, ya que, entre más aseadas estén las instalaciones, menos posibilidad de enfermarse.
Los reclusos tuvieron una buena aceptación a la solicitud y, según la jerarca, se han dedicado a hacer actividades de limpieza profunda de los ámbitos en los que están recluidos.
“La desinfección es una limpieza como se haría en una casa: con agua, jabón y desinfectante. Se limpian las paredes, los barrotes, los camarotes, el piso y se sacan los escombros que hay”, explicó Salazar.
Además, se les ha insistido a los reclusos a lavarse bien las manos con agua y jabón. “Han sido súper disciplinados porque, al final de cuentas, saben que es la principal arma de prevención”.
En cuanto a la posibilidad de darles alcohol en gel para mayor protección, indicó que de momento no sería una medida a tomar. “Se colocarán a lo largo del centro penal, pero darles uno individual de momento no porque le podrían dar un uso inadecuado”.
Habilitan espacios de aislamiento
La ministra espera que el nuevo coronavirus no llegue al sistema penitenciario, pero, como sabe que tiene alta viralidad, ordenó habilitar espacios de aislamiento en cada centro penal del país.
Hay al menos un campo dedicado a esto por cada prisión. Se intentó conocer cuántos reos podrían recluirse ahí eventualmente, pero, hasta el momento, no han facilitado la información.
“Se van acondicionando los espacios con duchas, camas y otros artículos que sean necesarios”, apuntó.
Lo positivo es que casi la mayoría de cosas que necesitan la tienen en el inventario, porque fueron usadas en setiembre del año pasado, cuando se desató un brote de paperas en casi todas las prisiones del país.
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“De momento no tenemos que hacer ninguna compra porque esta crisis sanitaria que tuvimos antes nos dejó bien dotados y, bueno, con lecciones aprendidas que esperamos poner en marcha en caso de detectar a alguien infectado”.
Mencionó que, para poder determinar qué hacer si se detecta a un reo sospechoso de tener coronavirus, se creó un comité interinstitucional con ellos, Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Se definió que primero se aislaría a esa persona a su entorno inmediato, entiéndase compañeros de celda y/o cuidadores. Mientras se analiza el caso, las autoridades penitenciarias detendrían los traslados de población entre los centros penales.
Si es un paciente con afectación leve, se mantendría dentro de los espacios de aislamiento de la cárcel en la que estaba.
Pero, si es un reo en condición delicada, sería trasladado al hospital para que allí se le de la atención correspondiente.
“Todas estas previsiones requieren un trabajo en equipo importante porque participan desde la administración del sistema penitenciario, hasta los privados de libertad con su buena disposición ante el tema”, concluyó la jerarca.