“Ella me llamó y me dijo que se quería venir para la casa. Le pregunté si era que no se sentía bien, pero insistía en que quería venirse y fue cuando me dijo que un profesor le había hecho unos toques. Le pregunté: ¿qué le hizo?, y me dijo: ‘me tocó la cabeza y el cuello’. Le dije, eso no es nada, pero ella me dijo: ‘sólo yo sé cómo hizo el tocamiento del cuello, insinuantemente, y no me gustó y se puso a llorar”.
El relato lo hizo una mujer de apellido Fernández, madre de una colegiala que cursa sétimo año en el Liceo Braulio Carrillo, ubicado en Oreamuno de Cartago. El incidente que se produjo el martes 16 de marzo alrededor de las 11 a. m., ocasionó que varios padres de familia intentaran linchar al educador. Para calmar los ánimos la Fuerza Pública debió intervenir y sacar en una patrulla al docente.
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Por estos hechos tanto el Ministerio de Educación Pública, como el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y la Fiscalía Adjunta de Cartago abrieron investigaciones que se llevan de manera separada. Inicialmente, el educador fue separado de su cargo y lo pusieron a realizar trabajos administrativos. Este viernes las labores en el centro educativo, que tiene 1.100 estudiantes, se desarrollaron con normalidad.
‘Le dijeron que no lo hiciera’
Fernández dijo que al conversar con su hija, ella le mencionó que en ese momento habían otras seis compañeras a quienes presuntamente también el educador les hizo tocamientos, que no solo eran en el cuello, sino que también les pasaba la mano por la espalda.
“Ellas les decían que por favor no les hicieran eso porque no les gustaba. Una se levantó y le dice.: ‘hágame el favor y no me haga eso. Yo me voy a ir para el baño’ Fue cuando él le dijo: ‘no, quédese aquí' y esa muchacha le dijo: ‘no, yo salgo’ y mi hija se levantó y dijo: ‘yo voy a ir a la dirección y las otras niñas se fueron con ella también.
“Me dijo mi hija que a una de ellas le decía que era una niña muy bonita, pero a las otras no. No uso ni palabras obscenas ni nada de eso. Ese día, dicen los estudiantes, el profesor se puso a llorar y decía que él no podía haber hecho eso, porque él era padre de familia e incluso tenía una hija”.
La madre explicó que ella se enteró de la situación porque su hija la llamó cuando ya estaba en la dirección denunciando lo que había ocurrido, razón por la cual se dirigió al colegio y fue cuando estaban adentro que llegaron los otros padres de familia, uno de ellos sí estaba muy enojado.
“Es cierto, sí queríamos agredir al profesor porque para defender a mi hija, con cualquiera me peleo. Fue cuando los policías nos explicaron que si lo golpeábamos, más bien lo favorecía a él y que sí lo golpeaban se iban a llevar a todos nosotros. Ya él es viejo de trabajar aquí y ahora la gente dice que es muy cariñoso, que hace bromas”.
Esta mujer de apellido Fernández y vecina de Oreamuno añadió que todas las siete colegialas estaban afectadas por la situación y lo que hacían era llorar. “Mi hija está muy temerosa y el miércoles no quería venir al colegio. Hablamos con ella para decirle que no debía estar avergonzada porque ella no había hecho nada malo y vino al colegio.
“Como madre de corazón le pido a las autoridades que hagan una buena investigación y pongan mano dura en estos casos, tenemos que ponernos en el pellejo de los que están pasando por esto para poder hablar. Ellas van contentas al colegio y que pase esto no es justo, que investiguen todo esto y pongan mano dura, hasta aquí esta injusticia.
“No vamos a descansar hasta que esto se resuelva y que él no regrese más aquí. Le digo a todos los padres de familia que escuchen a sus hijos, especialmente a ellas, que les crean porque si no el día de mañana pueden llegar a ser abusadas y hasta las pueden llegar a matar y a las chiquitas que no se queden calladas porque estamos en un país libre de expresión y la niñez es el futuro”.
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Este viernes la actividad educativa en el Liceo Braulio Carrillo de Oreamuno de Cartago se realizó con toda normalidad. Foto de Keyna Calderón