"Lo que nosotros vemos es que la gente que hace eso no conoce el riesgo ... es altísimo".
Con esas palabras, Héctor Chaves León, director del cuerpo de Bomberos, advirtió del peligro que significa romper de manera ilegal el poliducto de Recope.
El especialista no solo se refirió a la amenaza de un incendio, sino a la pérdida de vidas, al daño ambiental y las secuelas que eso podría traer para la economía del país.
"En los últimos casos siempre ha habido daño ambiental importante por el producto que se derrama y que llegó a ríos. Es lo primero que se genera (...) lo otro es el tema de incendios que puede involucrar a personas, viviendas. Es un riesgo a la seguridad y la salud (...) lo que también hemos analizado es el impacto económico, porque si ese producto se prende las consecuencias podrían ser muy serias" afirmó.
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En criterio de Chaves, las fugas en el poliducto que son generadas por esas tomas ilegales, no solo generan perjuicio a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), sino al mismo Cuerpo de Bomberos que debe desplazar personal y unidades, a las familias cercanas al sitio del suces, que deben abandonar de forma momentánea sus viviendas e incluso a las personas que viajaban por la ruta entre Limón y San José.
"Recuerde que en muchos tramos el poliducto viaje paralelo a la carretera y ya hemos tenido que cerrar el paso durante horas, mientras se trabaja en el control de una fuga" agregó.
Consecuencias
Héctor Chaves hizo ver que cualquier perforación que se haga a la tubería es muy peligrosa. Recordó que hace más de 30 años cuando él trabajaba en Recope, atendió un caso de un muchacho a quien lo golpeó un chorro de combustible cuando perforó el tubo. El impacto lo hizo perder el ojo.
"Dependiendo de la fisura así podría ser la fuga. Si hay llamas hacia adentro (de la tubería) no se va porque la presión es más fuerte, que la de afuera. También para que haya fuego se necesita oxígeno y dentro del tubo no hay (...)
"Ese combustible hacia afuera, dependiendo de la perforación, puede ser hasta de 50 metros de alcance, puede involucrar vehículos, personas. La tubería no va a estallar y Recope tiene una serie de electroválvulas estratégicamente ubicadas y cuando se da una ruptura se activan y todas se cierran al mismo tiempo. Lo que queda es el combustible que está entre válvulas", agregó.
Aparte de la toma del combustible, el almacenamiento también implica riesgos, porque no se utilizan lugares acondicionados.
"Manejar hidrocarburos tiene una serie de regulaciones, el sistema de protección contra incendios, el sistema de control de derrames, los equipos antichispas (...) hay una serie de normas y ahí no se cumplen (...) el riesgo lo tiene la gente que está en el entorno", concluyó.