Un total de 16 reos se quitaron la vida en cárceles de Costa Rica en los último cinco años.
Así se desprende de un informe entregado por la Dirección General de Adaptación Social del Ministerio de Justicia, a solicitud de La Nación.
Según esos datos, desde el 2010 hasta el 2015, en cada año se han suicidado, en promedio, dos reos en el país. Sin embargo, el 2014 fue el periodo durante el cual más reclusos se quitaron la vida: siete en total.
En lo que va de este año, solo se ha presentado un suicidio.
Para Reynaldo Villalobos, director de Adaptación Social, la sobrepoblación en cárceles influye en la decisión de los reos.
“Nosotros, en algunos momentos, hemos realizado talleres de prevención de suicidios. En muchos de los casos, somos sorprendidos, tanto el sistema penitenciario como los familiares”, manifestó Villalobos.
Casi la mitad de los fallecidos se encontraban presos por el delito de robo agravado y una tercera parte descontaba penas inferiores a los 10 de años de prisión.
Asimismo, la mayoría se suicidó en los primeros tres meses luego de entrar a prisión. Tal es el caso de un hombre de apellido Madriz, quien ingresó a a la cárcel por robo agravado un 8 de marzo del 2010, y se quitó la vida el 7 de abril del mismo año.
De los 16 suicidios, dos casos corresponden a mujeres.
Además, siete de los reclusos que se quitaron la vida eran padres de familia.
De acuerdo con Justicia, el sistema penitenciario solo cuenta con 66 psicólogos para atender a más de 13.600 presidiarios.
¿Por qué? Las razones que motivaron tales suicidios son multifactoriales, según Kenya Lobo, coordinadora de psicólogos del centro penitenciario La Reforma. Perder la libertad, a la pareja o la familia pueden ser circunstancias que inciden para que el reo se quite la vida. No necesariamente influye la condena que descuentan, resaltó.La funcionaria explicó que para detectar a los reos con tendencias suicidas, usan el apoyo de los compañeros de seguridad.
“Cuando ellos ven una conducta diferente, como que no recogen los alimentos, no quieren salir de sus celdas o se autolesionan, es cuando sospechamos y se entra a tratar el caso”, enfatizó.
Maneras de morir. De acuerdo con Lobo, ha habido casos de suicidios en los cuales los reclusos utilizaron un lapicero, comieron vidrio de un bombillo, se ahorcaron con la sábana o hasta con un cordón.
“Por más que se vigilen, ellos logran encontrar una manera de quitarse la vida”, afirmó.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaborado en el 2007, indicó que la tasa de suicidios es más alta en grupos delictivos, incluso después de haber salido de prisión.