Doce años de prisión y una indemnización de ¢100 millones a la familia de la víctima: esa es la pena impuesta ayer a un psicólogo por matar a un chofer, a quien golpeó con un bastón metálico.
La sentencia la pronunció el Tribunal de Juicio de Heredia contra el hombre, de apellido Zumbado, acusado de homicidio simple.
La Fiscalía había pedido una condena de 18 años de cárcel.
El hecho que se juzgó ocurrió el 6 de octubre del 2008 en Heredia. La víctima mortal fue Gustavo Loaiza Bolandi, de 42 años, técnico de Telecomunicaciones del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Según la acusación, Zumbado se molestó cuando Loaiza no le cedió espacio en un congestionamiento vial, frente al residencial Los Arcos, en Belén, Heredia.
El juez Óscar Vargas, quien presidió el debate, manifestó que la sentencia se emitió después de analizar varios aspectos, entre ellos que el acusado aceptó su participación en el suceso.
Sobre la indemnización, puntualizó que obedece a que “se declara con lugar la querella y la acción civil resarcitoria, fijándose el daño moral en ¢100 millones”.
Por considerar. Vargas declaró que, en un principio, el Tribunal no sabía si calificar el hecho como una agresión simple con arma o una lesión grave. Se inclinó por esta.
“Sí hubo controversia debido a que no fue dolo directo. Él (Zumbado) tomó el arma punzocortante y la usó sin querer matarlo”, agregó. Pero sí era previsible que al utilizarlo (el bastón) en esa parte del cuerpo (cabeza), podría alcanzar la masa cerebral”.
El presidente del Tribunal destacó que las graves lesiones, producto del ataque, le causaron un derrame cerebral a Gustavo Loaiza que derivó en la muerte.
El Tribunal no dio crédito al alegato de la defensa del acusado en el sentido de que el técnico falleció por una bacteria que adquirió mientras estuvo hospitalizado.
“Se descartó que la bacteria lo matara. Él murió por el derrame cerebral”, reiteró Vargas.
El Tribunal de Juicio dictó seis meses de prisión preventiva contra el condenado, dado que la “pena es alta y existe peligro de fuga”. Además, ordenó el comiso del arma utilizada en el homicidio.
Cierran ciclo. Los familiares de Gustavo Loaiza Bolandi expresaron que con el pronunciamiento se cierra para ellos un ciclo “muy doloroso”, el cual dejó una huella en sus vidas.
Patricia Chavarría, esposa del fallecido, exteriorizó su satisfacción con el fallo. “No tengo conciencia para pensar si lo perdono (al acusado)”, comentó.