Un policía, un mecánico de precisión y dos expresidiarios fueron detenidos ayer por su participación en un millonario asalto a un camión remesero, la noche del pasado 5 de mayo, en Limonal de Abangares, Guanacaste.
Anoche, las autoridades judiciales esperaban que se entregara uno de los custodios, a quien ayer no localizaron en cinco allanamientos realizados en Vázquez de Coronado, Alajuelita y Bagaces.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía sostienen que los cinco se apoderaron de un botín de ¢170 millones, gran parte del cual mantuvieron enterrado a unos cinco kilómetros del sitio en el que se efectuó el atraco.
Optaron por esa medida por varios días mientras bajaba la intensidad de los operativos en Guanacaste y en San José.
Según Jorge Rojas, director del OIJ, el apoyo del policía, el mecánico y el custodio fue fundamental para que lograran ejecutar el millonario golpe.
También fue capturado otro hombre de apellido Madrigal, vecino de Tirrases, mano derecha de Gurdián y también ligado con robo de vehículos y asaltos.
La Policía no tenía claro ayer en qué momento los dos exreos reclutaron a los tres hombres, ni si había previa amistad entre ellos.
Ninguno de los tres había sido detenido antes, según el OIJ.
Rojas precisó que, además, se incautaron de tres vehículos que, al parecer, pudieron haber sido comprados con parte del dinero robado a la empresa transportadora de valores Grupo Seguridad Integral (GSI).
Al respecto, Rafael Rodríguez Salazar, abogado del custodio, informó, mediante un correo electrónico, de que su cliente se entregará en cualquier momento, y que uno de los autos que le decomisaron “aún no ha sido pagado” y el otro se recibió “a cambio de un terreno”.
No fue posible contactar a los abogados de los otros detenidos.
La noche del 5 de mayo, estiman la autoridades, fueron estos dos últimos los que, pistola en mano, sorprendieron a los custodios frente a un supermercado.
Se habían detenido allí para trasladar los ¢170 millones de un carro a otro, en media calle.
Después, bajaron para comprar un refresco, lo que el OIJ calificó como graves fallas en procedimientos de seguridad. Estos yerros, intencionales, según la Policía, facilitaron el asalto.
Para entonces, contaban con el apoyo del policía, que alertaría de operativos y retenes, y del mecánico, quien conocía la zona y facilitaría la huida.
Ese dinero, insistieron las autoridades, sería parte de lo robado en Limonal de Abangares.
Además, compró otra vivienda, en unos ¢30 millones, en San Isidro de Vázquez de Coronado, donde precisamente lo detuvieron ayer.
Las Fiscalía y el OIJ no dieron ayer con dinero en efectivo.
Creen que está en cuentas bancarias de personas muy cercanas a los sospechosos, pero no han logrado rastrearlo para su decomiso.
En el caso de la vivienda adquirida por Gurdián, las autoridades esperan también decomisarla, lo que ayer no habían concretado.
De acuerdo con las pesquisas judiciales, el custodio, quien fungía como chofer del auto remesero, habría recibido unos ¢70 millones lo que, sin embargo, fue negado ayer enfáticamente por su defensor.
La Policía no sabe cuánto les pagaron al policía ni al mecánico, pero sospechan que se trató de “una fuerte cantidad”, dado el botín.
En el caso del oficial de la Fuerza Pública, en el OIJ informaron de que, tras el asalto, compró un automóvil usado, pero, al parecer, se le dañó a los pocos días el motor.
El mecánico no ha realizado compras “sospechosas” recientemente, según las autoridades.