La Fiscalía Adjunta de Limón invirtió nueve horas en el operativo realizado este martes contra el alcalde de Limón, Nestor Mattis Williams, por supuestas anomalías en los contratos para la construcción de las aceras y del mercado municipal de esa ciudad.
Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), jueces y fiscales iniciaron el operativo a las 8:40 a. m. del martes y este se extendió hasta las 6 p. m., cuando las autoridades desalojaron la casa del político localizada en Bellavista, en Limón.
También se allanó la de un ingeniero municipal de apellidos Badd Reid en barrio Roosevelt, y las nuevas instalaciones de la Municipalidad de Limón.
La pesquisa es por sospechas de que el funcionario pudo haber incurrido en los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, malversación, falsedad en la recepción de bienes y servicios contratados y pago irregular de contratos administrativos.
La oficina de prensa del Ministerio Público informó de que el objetivo de la acción judicial era decomisar prueba necesaria para incorporar en dos investigaciones que se realizan, relacionadas con obras contratadas por el gobierno local.
Durante el operativo se incautaron computadoras, bitácoras de ingresos, comprobantes de cheques, colillas de pagos, planos y también bitácoras de obras.
Se trata de dos causas abiertas durante el 2018.
La primera corresponde al expediente 18-001394-472-PE, en el cual se investiga una contratación administrativa directa de urgencia, por existir órdenes sanitarias de cierre, para reconstruir una parte y levantar una nueva sección del mercado de Limón.
En un examen preliminar se determinó que se hicieron las obras nuevas pero no hay divisiones, y no se efectuó la reconstrucción, a pesar de que se pagó la obra al contratista (aproximadamente ¢2.600 millones) y se canceló la garantía de la misma.
El otro asunto investigado, que se lleva en el legajo 18-000806-472-PE, tiene que ver con una licitación pública que adjudicó la municipalidad para construir las aceras del centro de Limón. La obra tiene un avance del 25%; sin embargo, el pago se giró a la empresa y se canceló la garantía, como si la construcción se hubiera recibido en su totalidad.
El monto adjudicado de esa obra fue de ¢410 millones, pero el mismo fue ampliado en ¢120 millones más, tras un adendum al contrato para que las aceras se hicieran con adoquines y no con cemento.