Un total de diez hombres fueron detenidos en tres embarcaciones capturadas por Guardacostas del Ministerio de Seguridad Pública entre el viernes pasado y este lunes en los dos océanos. Se les decomisaron más de 1.000 kilos de marihuana y 538 kilos de cocaína.
Gracias al patrullaje conjunto con los Estados Unidos, una fragata estadounidense logró ubicar en el Pacífico Sur, unas 78 millas al suroeste de Punta Burica, un barco pesquero costarricense de nombre capitán Byron.
En esa lancha iba el capitán, de apellido Berrocal, de 46 años; otro tripulante de apellido Gómez, de 38 años y un tercero de apellido Caicedo, de 25 años.
Los tres son costarricenses y zarparon el 3 de marzo de Golfito hacia cabo Matapalo.
Los Guardacostas se trasladaron este lunes junto con funcionarios judiciales para recibir la droga y a los detenidos a unas 47 millas náuticas de Caldera, Puntarenas.
Otro golpe importante a estructuras del narco ocurrió el viernes a dos millas de Cieneguita, Limón.
Guardacostas patrullaban el Caribe cuando una lancha intentó dárseles a la fuga cuando le hicieron señas de detenerse, le dieron seguimiento y lograron su detención.
Se trata de una lancha rápida cargada con marihuana, al parecer procedente de Jamaica.
En la lancha de nombre Purple Ice iban cuatro costarricenses de apellidos Mora, Fonseca, Mackenzie y Delgado.
Llevaban 80 pacas con marihuana que contenían más de una tonelada de esa droga, la cual fue desembarcada en el muelle de Limón.
El tercer golpe policial lo perpetraron Guardacostas y personal del Servicio Vigilancia Aérea al capturar a los tripulantes de una lancha ubicada a 10 millas de Corcovado, Pacífico Sur.
Esa embarcación llevaba 37 pichingas para combustible, de las cuales 12 estaban llenas y se investiga si los detenidos se encargaban de abastecer lanchas, ya que no se les ubicó droga.
En este navío cayeron un costarricense de apellido Willianson y dos nicaragüenses de apellidos Miranda y Reñasco.
A los tres se les trasladó escoltados hasta el puerto en Golfito.
Los diez detenidos son vecinos de las zonas de donde zarparon las embarcaciones y sus edades oscilan entre los 18 y 46 años.