Una mujer identificada como Eleonora Gigliotti, considerada como la matriarca de una familia italiana dedicada al tráfico de cocaína en Nueva York, Estados Unidos, se declaró culpable en un juicio por narcotráfico y con esto admite haber dado alta sumas de dinero a sus proveedores en Costa Rica.
La confesión la realizó la tarde del lunes en el Tribunal Federal de Brooklyn, en Nueva York.
Según la investigación de la Fiscalía estadounidense, Gigliotti, de 56 años, estuvo tres días en Costa Rica en agosto del 2014 para pagar $360.000 por la droga. Asimismo, otro sobrino de ella, llamado Franco Fazio, también estuvo en el país en setiembre de ese mismo año para pagar $170.000 adicionales. Este último se encuentra detenido en Italia y a la espera de ser juzgado también.
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Sin embargo, de acuerdo con una consulta de este diario a la Dirección General de Migración y Extranjería, Eleonora Gigliotti registra seis entradas y salidas a Costa Rica por el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, proveniente desde Estados Unidos.
La primera fue en setiembre del 2012. Posteriormente, regresó y salió en febrero, abril, mayo, junio y por último en agosto del 2014. Todas esas visitas duraban entre cuatro y dos días.
Al haberse declarado culpable, Eleonora podría ser condenada a una pena mínima de 5 años de prisión. La sentencia será dictada en abril de este año por el juez Raymond Dearie. Asimismo, ella aceptó pagar $1,6 millones.
Por este caso, el esposo e hijo de Eleonora, identificados como Gregorio y Angelo Gigliotti, de 60 y 36 años, fueron condenados a 20 y 16 años de prisión en julio de 2016.
Cubano dirigía red en Costa Rica. La alerta sobre una banda que enviaba droga desde Costa Rica a los Gigliotti la recibieron las autoridades nacionales en octubre del 2014.
La organización estaba integrada por un cubano identificado como Denis Batista Cuenca (el líder), Pedro Casas Rodríguez, también cubano y los costarricenses Juan José Campos Mora, Héctor Zúñiga Arias y Carlos Zúñiga Arias.
Ellos fueron detenidos por las autoridades nacionales el 14 de octubre del 2015 y sentenciados a penas de entre 12 y 9 años de cárcel tras declararse culpables el 21 de noviembre del 2016, ante el Juzgado Penal de San Carlos.
Otros dos acusados, de apellidos Montero Picado y Guzmán Rojas, prefirieron someterse a un juicio oral y público, cuya fecha será establecida por el Tribunal Penal de San Carlos.
Ellos utilizaban la exportación de yuca y piña para enviar la droga camuflada a Estados Unidos y Europa.
En una ocasión, la policía de Rótterdam, Holanda, localizó tres toneladas de cocaína ocultas en el interior de 137 cajas de cartón que contenían yuca.
La cocaína era oculta en el borde de las cajas de cartón, en las que mandaban los productos en contenedores y por vía marítima desde Limón.
Pizzería de mampara. Los cargos contra la familia Gigliotti datan de una larga investigación de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y autoridades italianas, que incluye escuchas telefónicas y vigilancias. Esta pesquisa reveló que entre octubre y diciembre del 2014 este grupo importó desde Costa Rica 55 kilos de cocaína.
El primer decomiso fue el 20 de octubre del 2014, en el puerto de Wilmington, Nueva York, donde decomisaron 43,6 kilos.
El segundo ocurrió el 29 de diciembre de ese mismo año en Filadelfia, Estados Unidos, donde se confiscaron 15 kilos de cocaína ocultos en las cajas de cartón donde trasladaban yuca. El cargamento salió de Costa Rica con destino a la empresa Fresh Farm Produce Export Corporation, propiedad de Gregorio Gigliotti.
Según la investigación, estos italianos utilizaban un pizzería como mampara para su red de narcotráfico situada en el distrito Queens, Nueva York.
"Este negocio familiar sirve más que pizza a sus clientes", declaró un agente especial de apellido Meléndez durante el juicio a padre e hijo.
Padre e hijo eran parte de una mafia italiana conocida como la N'drangheta, originaria de Calabria (sur de Italia).