San José (Redacción). Ángela Barrantes Moreno, mujer que, al parecer, se hizo pasar por enfermera del Hospital San Juan de Dios e inyectó a una paciente que murió, no podía ejercer su trabajo como auxiliar de enfermería, pues no es miembro activa del Colegio de Enfermeras de Costa Rica.
Así lo aseguró ayer Aníbal González Orozco, presidente del Colegio, quien agregó que Barrantes, cuando se pensionó, nunca lo comunicó a la organización profesional y, además, dejó de cotizar y se le venció su licencia para ejercer como auxiliar.
“Ella debió comunicar que era jubilada para cambiarle su condición, pero nunca lo hizo. La ley establece que los enfermeros y los auxiliares de enfermería tenemos que renovar la licencia cada dos años”, explicó.
En el expediente de Ángela Barrantes en el Colegio de Enfermeras consta que se graduó el 23 de enero del 1975. Trabajó durante muchos años en el Hospital Nacional Psiquiátrico, en Pavas.
De acuerdo con las disposiciones legales que rigen la Enfermería, su título la autoriza a desempeñarse en el cuido de los pacientes, pero, para laborar, debe tener la supervisión de una enfermera o enfermero graduado.