Cuando usted utiliza su tarjeta de crédito o débito para hacer sus compras o retirar dinero en los cajeros, ¿ha pensado que en pocos segundos podrían robarle los datos de la tarjeta para estafarlo sin que usted se dé cuenta?
Precisamente, los grupos mafiosos aprovechan la falta de malicia y exceso de confianza de los clientes para cometer fraudes en las transacciones más comunes.
Las investigaciones han descubierto que las bandas operan principalmente en restaurantes, bares y gasolineras, donde contratan empleados para robar información de tarjetas de clientes.
Según registros del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), las denuncias por estafas con tarjetas vienen en aumento.
En el primer semestre de este año se dieron 228 casos solo en San José; es decir, un 44% más, si se compara con el mismo periodo del 2010, cuando hubo 158.
En junio, por ejemplo, se registraron 41 casos por el delito de fraudes con tarjetas, en los cuales 16 fueron robadas; en nueve, sus dueños las extraviaron, y ocho fueron por falsificación.
Solo en este año, la Policía detuvo a un canadiense, dos rumanos, dos venezolanos, cinco búlgaros, un mexicano y decenas de costarricenses vinculados con redes transnacionales de fraudes.
Para el fiscal adjunto Osvaldo Henderson, hay riesgos por la confianza que el cliente deposita en el comerciante; además, porque las entidades financieras carecen de una regulación preventiva que las obligue, por ejemplo, a invertir en datáfonos portátiles para que el cliente nunca deba entregar la tarjeta al dependiente.
El fiscal añadió que en la última década hubo una manifestación de estructuras transnacionales aquí.
“Copian la información de la banda magnética con un aparato muy pequeño, llamado skimmer , en gasolineras y bares, donde la gente pierde de vista la tarjeta.
”Luego, reclutan pisteros o meseros para que guarden los datos. Al final del día, los llevan a un tercero, quien descarga la información y la implanta en una tarjeta falsa, por ejemplo, en las licencias de conducir”, expresó.
En julio, el OIJ detuvo en Alajuela a un mexicano que realizó compras en centros comerciales por ¢18 millones con datos robados de tarjetas en México y Guatemala.
También, dos odontólogos, un médico general y tres empresarias, sospechosos de integrar una red que clonó tarjetas europeas y realizó transacciones en clínicas y hoteles de aquí por ¢45 millones.