Un hombre de 27 años procesado el 15 de noviembre del 2009 por el presunto robo de un teléfono celular, está a la espera de enfrentar, por tercera ocasión, un juicio por el hecho.
El imputado fue juzgado en dos oportunidades, y debido a la falta de pruebas, el Tribunal Penal de Juicio de San José dictó sentencias absolutorias.
Sin embargo, el Ministerio Público apeló y el asunto se encuentra en espera de la fijación de una nueva fecha para el debate, según comunicó el pasado 11 de marzo a la Sala Constitucional Sergio Múnera Chavarría, defensor público del imputado.
Para Múnera –quien se adhirió a una petición de la Defensa Pública para que se declare inconstitucional una norma que permite la impugnación, las veces que se quiera, de los fallos absolutorios– este caso se ha convertido para su representado, de apellido Vargas, en un proceso que atenta contra su dignidad humana.
Además, se están violando principios de razonabilidad y justicia pronta y cumplida.
El robo del celular, valorado en ¢160.000, ocurrió la noche del 15 de noviembre del 2009, en perjuicio de un joven de 17 años. Sucedió en la avenida tercera en San José. Vargas tenía el celular cuando la Fuerza Pública lo capturó cerca del parque Central.
En juicio, Vargas alegó que el aparato se lo estaba vendiendo un amigo. Durante el debate, el afectado no pudo identificar a Vargas como la persona que le sustrajo el celular.