OIJ denuncia que unos 2.300 funcionarios en contacto con enfermos de paperas carecen de vacuna

El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) calculó que unos 2.300 funcionarios carecen de vacuna contra la parotiditis, pese a que tienen contacto con personas enfermas de paperas.

La advertencia trasciende en momentos en los que hay un brote de parotiditis en los centros penitenciarios, que ya acumula unos 500 enfermos entre reos y personal administrativo y policial.

Según una estimación del OIJ, 2.600 de sus empleados tienen relación con población potencialmente enferma, pues son agentes de cárceles, los que realizan pericias a los detenidos, los médicos judiciales y los funcionarios del archivo judicial, donde se toman las huellas dactilares de los privados de libertad.

También los mecánicos de los carros en los que llevan a los reos y conserjes de celdas judiciales.

De ese total, solo 275 recibieron la vacuna y el resto permanecen expuestos, según consta en un reporte divulgado por la Policía Judicial.

Pese al riesgo de contagio, el Organismo desmintió que esta población esté en huelga y, por el contrario, aseguraron que están realizando los trabajos que todavía están autorizados. Por disposición del Ministerio de Salud, los traslados de cárceles están suspendidos, por ejemplo.

La denuncia del OIJ se conoció al tiempo en que la Caja Costarricense de Seguro Social comunicó que la institución aplicó 30.154 vacunas, distribuidas entre 27.004 a privados de libertad y 3.150 a funcionarios del Ministerio de Justicia, del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y de salud.

Sin embargo, la CCSS no especificó si falta población del OIJ por vacunar.

Producto del brote de paperas, hay restricción de visitas en los centros penitenciarios y están suspendidos los traslados y los juicios, cuando se trate de personas enfermas o en riesgo de contagio.

Las cuarentenas en las cárceles también han derivado en motines por parte de los reclusos, inconformes con las medidas de control.

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Uno de los más recientes ocurrió el sábado pasado, cuando 10 cabecillas incitaron a otros 100 internos a quemar colchonetas, ropa y madera en Mediana Cerrada del Centro de Atención Integral (CAI) Jorge Arturo Montero, conocido como La Reforma, en San Rafael de Alajuela.