“¿Por qué no me habían dicho nada?”, preguntó a su hijo el padre de Carla Stefaniak cuando se dio cuenta de que le habían ocultado la desaparición de la turista venezolana-estadounidense.
“Porque sabemos que tú eres una persona hipertensa y podíamos provocar un impacto muy fuerte”, le respondió su hijo a Carlos Caicedo, quien este miércoles, en el Tribunal Penal de Pavas, relató cómo descubrió lo que sucedía con su hija en el hotel Le Mas Provence, en San Antonio de Escazú.
El juicio por el asesinato de Stefaniak, ocurrido entre el 27 y 28 de noviembre del 2018, llegó este miércoles a su tercer día.
Por este hecho fue arrestado un guarda del hotel, de apellidos Espinoza Martínez. Al parecer, el móvil del crimen fue un ataque sexual.
El 28 de noviembre del 2018, justo en la fecha de su cumpleaños, ella fue reportada como desaparecida.
A Caicedo, quien en ese momento vivía en Tampa Bay, Estados Unidos, le extrañó que un mensaje de felicitaciones enviado a Stefaniak ni siquiera le llegó a su celular, pero aún no sospechaba lo que había sucedido.
Según relató el hombre, el plan era que ella llegara a celebrar el cumpleaños 36 con amigos y familia, pero las alertas se encendieron cuando no llegó en el vuelo planeado al aeropuerto de Fort Lauderdale, en Florida.
Dos días después, en Tampa Bay, en una estación de gasolina cerca de la casa de su hijo, un coterráneo le preguntó por su hija.
“Me llama un compadre de Venezuela y me dice: ‘¿Qué le pasó a Carla?’”. “¿Cómo que qué le pasó a Carla?”, respondió Caicedo. “Yo sé que está desaparecida, en las redes sociales está encendido”.
‘Díganme la verdad’
Al llegar a la vivienda de su hijo, contó, estaba parqueada una unidad de la cadena ABC.
Allí estaban en llanto la cuñada y el hermano de Stefaniak.
“¿Qué le pasó a Carla? Díganme la verdad. No me oculten nada, díganme la verdad, por favor”, dijo entonces.
Cuando le dieron la noticia, Caicedo le ordenó a su hijo dirigirse de inmediato a Costa Rica. El padre no quería dejar Estados Unidos, pues le dañaría su situación migratoria, pero logró obtener un permiso que reciben algunos extranjeros para dejar la nación norteamericana.
A los días de llegar a Costa Rica, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que un cadáver encontrado cerca del hotel era Carla Stefaniak.
El asesinato dejó repercusiones en varios frentes de la vida de Caicedo.
El hombre de 64 años expuso el daño emocional, psicológico e incluso migratorio que sufrió por este crimen.
Stefaniak, quien se casó en Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía, era la patrocinante migratoria de su padre. A pesar del permiso que recibió inicialmente, la muerte de su hija lo dejó sin la figura que requería para obtener la residencia estadounidense.
Algunas semanas después de venir a Costa Rica, Caicedo se fue a Venezuela para ver a su mamá, quien estaba enferma de cáncer. Al volver a Miami, le indicaron que su estatus migratorio era “inadmisible".
Actualmente, vive en el país sudamericano con una pensión mensual de $3,50.
“Es una situación absolutamente paupérrima. No se imaginan el esfuerzo que hicieron ellos (sus hijos) para pagar el pasaje para que yo estuviera aquí”, contó frente a los jueces Eduardo Rojas, Simón Guillén y José Alberto Vargas.
Este jueves el debate continuará con testimonios de investigadores del OIJ.