Un guarda de seguridad, de apellido Espinoza, purgará 20 años de prisión por el asesinato a golpes de su hijastro de 4 años, según lo dispuso este jueves el Tribunal Penal de San Carlos.
Los hechos ocurrieron en noviembre del 2012, en Colonia Puntarenas de Upala.
En aquella ocasión, Espinoza llamó a la Cruz Roja porque el niño estaba convulsionando. Cuando los socorristas llegaron al sitio el menor ya había fallecido.
Tres días después, la madre del niño, de apellido Jiménez, y Espinoza fueron detenidos en medio funeral, ya que un resultado preliminar de la autopsia reveló que el menor había muerto a causa de golpes.
Al momento del crimen, el padrastro del menor era guardia de seguridad, la madre salonera y el padre biológico del niño descontaba una pena en prisión.
"El niño falleció tras reventársele la vena cava (vena en el corazón), el impacto es similar, por ejemplo, al de una persona al ser pateada por un karateca en el pecho, o a un impacto al sufrir un accidente de tránsito", dijo el fiscal Rony Segura, al inicio del debate en la lectura de la acusación.
El juez a cargo, Rodrigo Monge, afirmó que según una patóloga el niño había sido golpeado al menos en 25 ocasiones anteriormente.
Jiménez quedó libre por falta de pruebas, pues el día de los hechos no estaba en la casa y no se demostró si participaba o era cómplice de las agresiones.
El debate inició el 13 de setiembre y contó con 10 testigos.
Mientras la condena queda en firme, Espinoza deberá firmar una vez al mes en los Tribunales de Cartago y no podrá salir del país.