Llegó a bordo de un vehículo, con la barba crecida, acompañado de dos abogados y sin el dinero que fue sustraído de la agencia bancaria que administraba en Santa Teresa de Cóbano, Puntarenas.
Así se entregó ayer a las autoridades el gerente Juan Carlos Quesada Salas, de 43 años de edad, quien era buscado por la Policía desde el lunes, cuando se descubrió el hurto de ¢378 millones de la sede bancaria.
Quesada llegó a la Fiscalía de Puntarenas a eso de las 4:45 p. m., luego de que sus representantes avisaran a la fiscala Tatiana Chaves que él se entregaría.
José Miguel Villalobos, uno de los defensores, indicó que su representado aceptaba ser el responsable del hurto. No obstante, señaló que este actuó bajo coacción y que entregó el botín a quienes lo habían amenazado.
“Su alegato es que, efectivamente, él se quedó solo en el banco, abrió con su propia llave la bóveda, tomó el dinero, lo echó en unas cajas y lo llevó a un lugar para entregarlo. Luego escapó”, detalló Villalobos, mientras esperaba en la sede del Ministerio Público a que llegara el informe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sobre este caso.
“Pero él lo hizo en virtud de estar coaccionado. Le dijeron que si no lo hacía (tomar el dinero) tomarían represalias contra él y su familia”, agregó el abogado.
Según Villalobos, el delito que cometió su cliente es un hurto simple. El Código Penal establece castigos de entre un mes y tres años por esa falta.
Ayer por la tarde, la oficina de prensa del Ministerio Público comunicó que, en cuanto se recibiera el informe policial, se procedería a indagar al sospechoso.
Posteriormente, la Fiscalía determinó que el delito supuestamente cometido por Quesada es el de peculado, que se castiga con entre tres y 12 años de cárcel, según el artículo 354 del Código Penal.
Anoche, el sospechoso se abstuvo de declarar y fue remitido a celdas del OIJ en Puntarenas.
Presiones. Villalobos agregó que el gerente bancario sí puede reconocer a una de las personas que “lo obligaron” a cometer el hurto.
“Al menos a una de ellas sí podría describirla; los demás siempre permanecían en un vehículo, tapados. Son costarricenses”, dijo.
Consultado sobre dónde estuvo Quesada entre el domingo y ayer, el defensor respondió: “Estuvo dentro y fuera del país. Anduvo por varios lugares hasta que, finalmente, salió y estuvo en Nicaragua. Obviamente, salió de manera ilegal”.
El otro abogado que representa al sospechoso en esta causa es Juan Gerardo Quesada Mora. Ayer, ambos sostuvieron que Quesada actuó por temor y que esa posición defenderían ante los jueces.
Fernando Naranjo, gerente general del Banco Nacional, dijo ayer que les preocupaba “mucho la integridad del gerente”.
“Tendremos que esperar sus declaraciones ante las autoridades judiciales para conocer la razón de sus motivos”, expresó Naranjo.
Hasta ayer, el Nacional no sabía del destino del dinero.