La Fiscalía contra la Delincuencia Organizada y Narcotráfico informó ayer de que al vicario general de Puntarenas, Emilio Montes de Oca, de 48 años, se le atribuyen los delitos de estafa y coacción.
El sacerdote, quien además es el capellán de la Fuerza Pública de Puntarenas, ayer fue separado indefinidamente de sus funciones por orden del obispo de la diócesis de Puntarenas, Óscar Fernández.
“Dado que el Ministerio Público mantiene una investigación contra el sacerdote, he considerado oportuno liberarlo de sus responsabilidades pastorales en la diócesis, con el propósito de que pueda dedicarse al ejercicio de su defensa”, señaló Fernández.
El miércoles, la Fiscalía informó de que Montes de Oca figura como imputado porque, al parecer, utilizaba indebidamente el dinero de las ofrendas aportadas por los fieles en las actividades religiosas.
Luego de escuchar varias intervenciones telefónicas, las autoridades aseguran que el cura tiene vínculos con el presunto colíder de la organización, de apellido Fait.
El miércoles en la mañana, el sacerdote se había negado a acudir a la Fiscalía de Puntarenas, pese a que horas antes había sido citado a comparecer ante ese despacho.
Por esa situación, el fiscal a cargo del caso solicitó detenerlo y trasladarlo hasta el Ministerio Público en San José, donde fue indagado y liberado horas después, sin ninguna medida cautelar.
Según el Ministerio de Seguridad Pública, nueve de los 12 policías capturados tienen antecedentes administrativos.