La más reciente visita del vulcanólogo Eliécer Duarte al cráter del volcán Poás en Alajuela, este 14 de setiembre, permitió determinar que el coloso guarda importantes focos de energía, pero no existe riesgo para los turistas.
“La energía es muy importante y se ven subir como grandes cortinas de gas y de vapor sobre el lago, como una especie de géiser a una altura de dos metros”, explicó el científico.
Duarte afirmó que la ubicación del mirador en el sector sur del cráter hace que a los turistas no les afecten los gases y vapores, porque los vientos van al oeste y suroeste, lo que libra a quienes observan desde el extremo sur.
Ese volcán reabrió las puertas al público el 31 de agosto, pero con varias medidas de seguridad como medidores de gases en tiempo real, refugios para turistas en el mirador e ingreso controlado de visitantes.
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Según dijo, debajo de la laguna, que actualmente tiene una profundidad de entre 10 y 15 metros, quedaron fumarolas, un cono rojizo y varias pailas que desaparecieron por la acción del agua de lluvia y la erosión.
El mayor cono de azufre también desapareció para dar paso a una olla o paila de 20 metros de diámetro que lanza chorros de agua hirviente a varios metros de altura.
Desde la base del cráter, el científico documentó que prevalecen unos 20 hormitos amarillos de unos dos metros de alto cada uno que ahora son más visibles.
Unas paredes con gases a 170°C revelan la cantidad de energía de las partes internas del cráter.
“Hay tanta energía en las fumarolas, que pasan la columna de agua y llegan en forma de plumas de gas y de vapor. Habla de que hay un cuerpo importante en enfriamiento con energía acumulada”, dijo.
En su visita al Poás, Duarte se mostró satisfecho de ver cómo el turismo volvió de manera sostenida. Se ve mucha acción de guardaparques y visitantes, así como gran cantidad de comerciantes que de nuevo tienen el “motorcito en marcha”.
“Se nota otra cara porque la gente está esperanzada y conforme se acerquen los meses secos esperan que sea más abundante la visitación”, dijo el vulcanólogo.
Cámaras captan erupciones
La Red Sismológica Nacional (RSN) informó de que el volcán Turrialba, en Cartago, registra desde el 15 de setiembre emanaciones pasivas de ceniza de forma intermitente y de duración variable, las cuales se mantienen.
La columna de ceniza no supera los 300 metros de altura por encima del borde del cráter activo y son dispersadas hacia el oeste. La mayoría del material cae cerca del cráter.
De igual manera, el volcán Rincón de la Vieja, cuyo cono activo está entre Liberia y Upala, realizó una erupción pequeña de gas y vapor que quedó captado en las cámaras que vigilan la actividad del cráter a las 10:07 a. m.
El mes pasado ese volcán registró erupciones pequeñas que no produjeron derrames del agua que concentra en su cráter.
La erupción de este lunes tampoco generó lahares o corrientes de agua caliente y materiales por el costado norte, como sucedió el año pasado, los cuales no generaron problemas mayores en los poblados de Upala.
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Este volcán, cuyo acceso al cráter está prohibido, tiene periodos prolongados de inactividad y luego retoma algunas actividades sísmicas y fumarólicas, así como erupciones freáticas que no soprepasan los tres minutos.
El vulcanólgo Javier Pacheco, del Ovsicori, afirmó que lo mantienen muy vigilado porque en cualquier momento puede generar una erupción como la ocurrida en 1995, cuyos lahares destruyeron puentes aguas abajo.