"Detrás de mi casa, donde estaba la peña que se vino abajo, sonaba como cuando un carro está atascado. Jamás imaginé que era que la tierra se estaba desprendiendo y el martes nos acostamos confiados, sin imaginarnos qué era lo que venía".
Con esas palabras narró Liz Acuña, una de las afectadas por el deslizamiento que ocurrió en el precario Las Palmas, en Los Guido de Desamparados, las horas previas a la tragedia que destruyó 14 casas y dañó otras 34 este jueves.
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Ella salió de su vivienda a las 2 a. m. y casi cinco horas después vio cómo un derrumbe sepultó por completo el lugar donde habitó por 22 años.
Desde la mañana del miércoles, sus vecinos la alertaron de una grieta que había en la peña, por lo que llevó a sus tres hijas –dos gemelas de 7 meses y una joven de 14 años– donde su mamá. Luego sacó sus pertenencias, antes de que su casa se partiera en dos.
"No iba a esperar a que me cayera la peña encima. Tomé la decisión de envolver ropa, cobijas y lo que más necesita una, para llevar todo donde mi mamá, que vive cerquita. Mi esposo se vino cuando la casa se partió en dos, por la cocina y mi cuarto. En ese momento ya no había nada que hacer y más bien había un alto riesgo", manifestó Acuña.
La mujer contó que, cuando se instalaron en el precario, solo había un cafetal detrás de su casa, y que fue hace cuatro años, aproximadamente, cuando se comenzó con el botadero ilegal en la parte alta de la ladera.
Acuña expresó que no tiene dinero para alquilar una vivienda y, aunque actualmente está en un cuarto donde su madre, junto con su familia, debe buscar un lugar para vivir.
"Probablemente donde estábamos va a ser declarado inhabitable. Vamos a ver qué pasa, porque actualmente solo hicieron el censo", afirmó.
Damnificado: 'Pudimos sacar muy poco'
Roberto Moreno es otro de los damnificados por el deslizamiento en el precario Las Palmas. Él tenía 12 años de vivir en la zona y asegura que nunca se había presentado algo así.
Agregó que antes del desastre pudo sacar pocas cosas y que no ha regresado a la zona afectada para ver si alguna pertenencia se puede rescatar.
"Apenas pudimos salir cuando se vino eso. Nosotros construimos acá, pero ahora no tenemos otro lugar para ir", expresó.
Por su parte, el alcalde de Desamparados, Gilberth Jiménez, destacó la colaboración de los vecinos para abandonar la zona cuando se hizo la advertencia, ya que considera que eso evitó la pérdida de vidas humanas.
El hecho fue considerado como un desastre provocado por el ser humano, debido a que, aunque en la zona ha llovido, la cantidad de agua caída es menor a la de otros cantones.
Luego de que ocurrió el deslizamiento, algunos vecinos dijeron que el terreno donde se originó era un botadero de basura.
El alcalde Jiménez confirmó la existencia del botadero ilegal. “Mucha gente venía a tirar basura ahí”, afirmó.
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