Un indigente al que amarraron, le rociaron de combustible y luego le prendieron fuego, por presuntamente meterse a robar a un taller en Alajuela, falleció este sábado en la tarde en el Hospital México.
Así lo confirmó la mañana de este domingo el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que detalló que el levantamiento del cuerpo lo realizaron agentes a las 6:20 p.m.
La víctima fue identificada como Adonay Alexánder Lacayo Machado, de 19 años y al parecer oriundo de Nicaragua. La identificación del afectado lo hizo la madre, comunicó la Policía Judicial.
El hecho en el cual resultó con quemaduras Lacayo se produjo el 22 de noviembre a las 7:06 p.m. , cuando ingresó una llamada al sistema de emergencias 9-1-1 sobre una aparente tortura dentro de un taller mecánico situado frente al Motel La Sirenita, en el barrio San José de Alajuela.
En el lugar fueron encontrados dos hombres con varias lesiones y quemaduras importantes en sus cuerpos. Fueron trasladados al Hospital San Rafael de Alajuela. Uno de ellos estaba en condición estable y lo identificaron como de apellido Soto. Al otro lo diagnosticaron como muy grave, pues tenía quemaduras en un 55% del cuerpo.
Soto tenía afectaciones en el 20% de su cuerpo y ya fue dado de alta. El otro que no había sido identificado lo trasladaron luego al Hospital México, donde falleció este sábado.
Por estos hechos se había detenido al propietario de un taller, su esposa y un empleado del inmueble. A ellos el Juzgado
Penal de Alajuela les impuso el pasado domingo 25 de noviembre, cuatro meses de prisión preventiva a cada uno.
Ellos figuran como sospechosos de dos delitos de tentativa de homicidio. Ahora, con la muerte de una de las víctimas la calificación legal del delito cambia a homicidio calificado.
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Las primeras pesquisas hicieron concluir a las autoridades de que el empleado del establecimiento, de apellidos Castro Quesada, llamó a las víctimas para reclamarles sobre un presunto robo de herramientas.
Sin embargo, como los ofendidos negaron la acusación, Castro y el dueño del taller, apellidado Álvarez Ocampo, presuntamente los golpearon en varias ocasiones.
Posteriormente, supuestamente con la complicidad de la esposa de Álvarez, identificada con los apellidos Campos Ramírez, amarraron a los dos hombres, les rociaron gasolina y les prendieron fuego.
El sábado 24 de noviembre, las autoridades judiciales allanaron el taller, diligencia que permitió ubicar pruebas que fueron incorporadas al expediente 18-5486-305-PE, comunicó la oficina de prensa del Ministerio Público.
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Casos similares
Esta no es la primera vez que vecinos deciden tomar la justicia en sus manos. El 5 de octubre anterior varios pasajeros de un bus de Alajuelita vapulearon a tres sospechosos que intentaron asaltar la unidad de transporte.
El incidente se reportó poco después de las 9:00 p. m. Al parecer, los sospechosos abordaron el autobús que se dirigía a Tejarcillos, en la terminal en San José. Poco antes de llegar a la última parada, uno de los sujetos habría amenazado al chofer, al parecer con una pistola de juguete ylo cómplice sacaron puñales. En ese momento el conductor cerró las puertas.
En circunstancias que aún no se han podido determinar, los individuos pasaron de agresores a víctimas ya que los pasajeros los comenzaron a golpear. Oficiales de la Fuerza Pública los detuvo. Fueron identificados como de apellidos Fernández Torres, vecinos de la zona y un nicaragüense apellidado Torres Núñez. Estas personas necesitaron atención médica.
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Asimismo, el 8 de febrero pasado, un joven de 20 años, con antecedentes por robo agravado y transporte de drogas, fue vapuleado por vecinos de Aguacaliente en Cartago al salir herido de bala de un supermercado, en el cual intentó cometer un asalto.
Según la información oficial, el implicado, de apellidos Vargas Leiva, ingresó al negocio BPV, en Aguacaliente, con una arma de fuego y exigió al propietario que le entregara todo el dinero producto de las ventas del día.
El dueño accedió, pero en un descuido del asaltante, se le abalanzó y forcejeron. Durante la pelea, el arma se activó en varias ocasiones y uno de los balazos hirió a Vargas en el tórax, quien cuando se percató que estaba herido, salió del establecimiento.
Sin embargo, vecinos que escucharon las detonaciones, e incluso habían sido alertados por clientes sobre lo que sucedía en el negocio, lo esperaron en la calle y lo agredieron.
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Llamado a la calma
Eduardo Solano, viceministro de Seguridad, hizo un llamado a la población para que permitan a las autoridades encargarse de manejar estos casos.
“Siempre que se dé una situación de este tipo acudan a las autoridades. Llamen al 9-1-1 para que sean oficiales de la Fuerza Pública o de los otros cuerpos de la Policía quienes lleguen y realicen las acciones de ese tipo.
“No recomendamos tomar la justicia en sus propias manos, porque las consecuencias pueden ser ampliamente negativas”, agregó Solano.