El cuerpo localizado avanzada la tarde del lunes en una finca de Palmira de Siquirres, Limón, estaba atado de pies y manos.
Se trata de un hombre de entre 45 a 50 años de edad, cuyos restos estaban enterrados a unos 30 centímetros de profundidad; se estima que tendría unos cinco días de fallecido por el estado de descomposición. Llevaba un pantalón corto de tela color beige, camiseta estilo polo y tenis. El cabello es entrecano, informó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Debido al grado de putrefacción inicialmente no se pudo determinar si el fallecido presentaba heridas de arma de fuego o blanca.
El hallazgo se realizó luego de que una llamada confidencial alertara a la Fuerza Pública de un cuerpo enterrado en esa propiedad, que está a unos dos kilómetros al sur del centro de Siquirres.
Una vez que se verificó que había un pequeña área limpia en el cual había tierra removida, el caso quedó a cargo de agentes de la Policía Judicial.
Los investigadores, con equipo especial, realizaron la extracción de los restos que concluyó cerca de la medianoche de lunes.
Este martes, continuaron con la búsqueda de información pues en la zona no hay reporte de personas desaparecidas, aunque no se descarta de que pueda ser un finquero del sector que vivía solo, por lo cual no hay quien denuncie.
Por el momento, no hay claridad sobre el propietario de la finca. Según las autoridades, los lugareños dan datos diferentes, pues se habla de que es propiedad de un extranjero, otros señalan a un pensionado josefino y hasta la vinculan con sospechosos de narco de la zona.
Se trata de un terreno sobre una loma donde no hay ninguna construcción, por lo que se presume que los responsables del hecho fueron a depositar el cuerpo allí. De no ser por la llamada confidencial, difícilmente el caso habría salido a la luz.
Hace cuatro años, en una propiedad cercana fue asesinada una mujer dentro de otra finca, con la intención de robarle. Por el caso fue detenido un joven de 19 años.
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Con este deceso descubierto este lunes, las muertes por homicidios alcanzan las 448 durante este 2018.
Ocultos por sus victimarios
El 9 de mayo, la Policía encontró los cuerpos de un pescador y su sobrino enterrados dentro de una fosa en una finca de 2.000 metros cuadrados en Beverly de Limón. Ellos habían desaparecido cuatro días antes cuando fueron abordados por un grupo en vía pública.
Por ese hecho, el OIJ detuvo a cinco personas y vinculó el hecho con un conocido narcotraficante de Limón.
Unos días después, el 18 de mayo, los peones de un transportista de ganado encontraron el cadáver de su patrón, quien estaba enterrado detrás de la vivienda en la que habitaba en La Tigra de Cuatro Bocas de Upala, Alajuela.
De acuerdo con la versión del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), un grupo de personas observó un montículo de tierra removido, y al revisar ubicaron el cuerpo, por lo que alertaron a las autoridades.
En febrero de 2016, con ayuda de perros entrenados, las autoridades localizaron en un potrero de Limón el cuerpo de un hombre.
Una llamada confidencial también alertó, en abril de 2016, del cuerpo enterrado n el patio de una vivienda ubicada en el sector de Los Cuadros, en Purral de Guadalupe, San José. .
Uno de los casos más complejos se dio en noviembre de 2015, cuando fueron localizados tres cuerpos enterrados en una fosa clandestina en el kilómetro 16 de la carretera hacia Rancho Redondo, Goicoechea, pertenecían a una organización local que traficaba cocaína. Hasta año y medio más tarde fue posible su identificación.
“Desde el día que ingresó la información, los investigadores judiciales realizaron varias labores de inteligencia, siendo que en la mañana de ayer, con el permiso de los actuales habitantes de la residencia, ingresaron al lugar”, comunicó el OIJ.