El 1.° de setiembre del 2014 se perdió el rastro de la oficial de la Policía Turística de la Fuerza Pública Shirley Andrea Angulo Fernández, de 30 años; de su esposo, el expolicía Víctor Blanco Vega, de 32; y de sus dos hijas de un año y siete meses, y de tres meses.
En su casa, en el cantón de Matina, quedó un plato de comida servido que nadie pudo probar. Algunos días después, el carro de la familia apareció en un taller en Llorente de Flores en Heredia, sin huellas, ni pistas.
Desde entonces, han pasado 6 años, 9 meses, y 8 días, tiempo en el que los allegados y las autoridades no han obtenido suficientes elementos para concluir qué pasó con ellos.
Repase en este nuevo capítulo de Casos sin Resolver las pesquisas realizadas hasta ahora y el testimonio de sus familiares, quienes, tanto tiempo después, aún buscan respuestas.