El perfil de los sicarios en la seguidilla de recientes asesinatos a personas dentro de vehículos presenta varias similitudes, pero el director del OIJ descarta por ahora que exista relación entre los casos.
Hubo un doble homicidio en el viernes 6 de setiembre en Pavas, otro el domingo siguiente en Hatillo 5, luego mataron a un conductor en Coronado y ahora este doble asesinato en Alajuelita, donde los pistoleros usaban un bolso como si fueran repartidores de comidas rápidas.
Sobre el hecho de que actuaran a pleno día, en un sitio muy concurrido, Espinoza alegó que los sicarios nunca miden detalles de la periferia y no les importa si hay víctimas colaterales.
“Quien pertenece a una organización criminal, quien no respeta la ley, quien se dedica a vender drogas, quien porta armas de fuego ilegales y quien en general tomó la decisión de mantener una actividad comercial que no es permitida, ni válida, ni legal, no escoge horarios, ni discrimina sitios, simplemente actúa”, explicó.
Muchas veces usan uniformes de policías o de algunas entidades estatales, se hacen pasar por repartidores de empresas e inventan formas creativas para camuflarse y despertar menos sospechas.
Añadió que esa es la parte dura del hecho delictivo y cada sicario escoge el sitio para actuar y matar, por lo que muchas veces afectan a terceros. Recordó el caso en que cuatro personas que nada tenían que ver fallecieron en Limón, incluido un menor de 11 años, luego de un tiroteo con fusil AK-47, ocurrido en octubre del 2016 en la playa de Cieneguita, dirigido a un narcotraficante.
Los sicarios generalmente son varones con edades entre 18 y 24 años, usan pistolas calibre 9 milímetros, viajan en motocicletas de dos en dos y generalmente están asociados a diferentes redes delictivas.
Recordó que ha habido instancias a la Asamblea Legislativa para que no viajen dos personas en una misma moto, pero de momento no han fructificado y esa podría ser una medida para atenuar los asesinatos.
Según el director del OIJ, en los últimos años es preocupante el nivel de homicidios, pero indicó que el comportamiento actual es similar al de los últimos tres años y se espera bajar la tasa de asesinatos al final de este 2019.
Al OIJ le corresponde detectar organizaciones criminales y capturarlas para reducir homicidios, pero la prevención le corresponde a otros cuerpos estatales en conjunto con la Policía Administrativa, aseguró Espinoza.
Dijo que al final de cuentas el Estado tiene que tratar de reducir los índices de violencia y de propiciar una situación de vida que haga menos atractivo tomar la decisión de pasarse al bando malo.