Un joven de 22 años se convirtió en la víctima número 26 de asesinato en el país durante este 2018.
El homicidio ocurrió la mañana de este lunes dentro de un local de la empresa Baterías Aserrí, en el cantón de Aserrí, al sur de San José.
La Cruz Roja recibió la alerta del suceso a las 9:30 a. m. y al llegar al sitio dejó el caso en manos de la Policía, pues el joven yacía sin vida dentro del local.
La víctima fue identificada como Ryan Coto Monge. Él estaba en la entrada del negocio cuando llegaron unos pistoleros en moto y, aunque Coto trató de esconderse dentro del inmueble, lo persiguieron y le dispararon.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que uno de los motociclistas se bajó y abrió fuego contra Coto en al menos seis ocasiones, en la espalda y el pecho.
El hombre era soltero, sin hijos y vecino de Aserrí.
Según las primeras versiones policiales, los delincuentes no habrían robado nada, por lo que el móvil está en investigación. La Policía Judicial indicó que el fallecido tiene antecedentes por robo.
La Fuerza Pública acordonó la escena hasta alrededor de las 2 p. m., cuando las autoridades judiciales realizaron el levantamiento.
Esta situación afectó al Servicentro La Trinidad, en Aserrí, que también fue cerrado desde las 9:30 a. m. mientras la Policía realizaba las investigaciones del caso y no pudo recibir clientes por varias horas.
Violento inicio de año
Este año se contabilizan 26 asesinatos en los 15 días transcurridos, un caso más que en igual periodo del 2017, que fue el año con más homicidios en la historia del país, con 603 casos.
El director del OIJ, Wálter Espinoza, afirmó que este 2018 no se avisora ningún cambio y se mostró preocupado por la participación de menores en hechos delictivos.
"En los últimos años nosotros hemos detectado un crecimiento importante en la delincuencia penal juvenil. Las conductas que hemos investigado y se han atribuido a menores son de variada naturaleza, algunas sumamente significativas desde el punto de vista de agresividad, violencia y planeación, y eso nos habla de una situación difícil desde el punto de vista social", sostuvo.
El jefe policial llamó a poner mayor interés por parte de todas las instituciones que tienen relación con la infancia y la juventud, para disminuir el impacto de menores en la delincuencia.
Solo durante este fin de semana, entre la noche del viernes y la del domingo, fallecieron siete personas por disparos con arma de fuego acaecidos en Alajuela (2), Cartago (2), San José (2) y Guanacaste (1).
Venganzas y líos por drogas prevalecen
Las venganzas y líos por drogas mediaron en la mayoría de los casos. En Alajuela asesinaron a la madre de un recluso cuando salía de la visita y esperaba un bus en una parada cercana.
La mujer de 52 años, identificada como Anabella Arguedas Arce, recibió unos ocho balazos con arma de fuego calibre 9 milímetros.
El OIJ investiga si fue una venganza contra su hijo preso, Andrés Rímolo Arguedas, quien descuenta prisión por homicidio.
En esa misma provincia mataron la noche del sábado al taxista informal Marlyn Ortega Murillo, de 38 años.
Wálter Espinoza afirmó que Ortega iba con un cliente aún no identificado, el cual discutió con el conductor, quien, a raíz de los hechos, detuvo el carro.
De seguido, el cliente se bajó, se acercó a la ventana del chofer y le disparó en la cabeza.
Doble crimen a bordo de un carro
De igual manera, este fin de semana se registró en Cartago un doble homicidio. Las víctimas fueron Andrés Darío Granados Pérez, de 21 años, y un menor de edad.
Según Espinoza, Granados conducía un automóvil y recibió cuatro balazos en el torso, mientras que su acompañante, un menor de 16 años, recibió un disparo en la cabeza.
El caso se maneja como un ajuste de cuentas por drogas, ya que Granados tenía antecedentes por tráfico de estupefacientes.
Armas de fuego siguen como las más usadas
En San Ramón fue ultimado a balazos el 4 de enero Guillermo Camacho Rodríguez, de 53 años, cuando al parecer se negó a entregar el dinero de la licorera de su propiedad.
La gran mayoría de los asesinatos han sido perpetrados con armas de fuego.
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Otro caso reciente fue el de un guarda de una verdulería, asesinado en San Rafael Arriba de Desamparados, a menos de dos kilómetros de donde este lunes mataron al empleado de Baterías Aserrí.
El 11 de enero perdió la vida Luis Carlos Coronado Paiz, nicaragüense baleado en la cabeza en un intento de los delincuentes por robarle su arma, que luego el OIJ confirmó que no era de fuego.
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En estos dos últimos asaltos, los asesinos habrían usado motocicletas para escapar de la escena.